El debate por el uso medicinal del cannabis en Argentina avanza como nunca antes, al punto que el Congreso Nacional ya se comprometió a discutirlo en el recinto. El tema es sindicado por la mayoría como un asunto de salud pública y, en ese sentido, ha ganado valor la palabra de aquellos que trabajan con usuarios problemáticos.
Entre ellos destaca el padre Pepe Di Paola, párroco de la pastoral social y protagonista en 2009 de un cruce con el crimen organizado que comercializa la droga desde la villa 21-24. En ese momento, el todavía arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, acordó “una salida no traumática” y Pepe se fue unos años al norte del país.
Años más tarde regresó para afincarse en la villa La Cárcova de José León Suárez donde continúa con su labor asistencialista y su trabajo con jóvenes adictos y en conflicto con la ley.