Irma es adulta mayor que cuenta con póliza de afiliación al Seguro Popular; padece hipertensión y el medicamento que le recetaban ya no surtía efecto en su salud. Su doctora del Centro de Salud le cambió a uno que dio mejores resultados, a la cita siguiente, la doctora salió de vacaciones, así que le asignaron otro médico.
“Me mandó la medicina anterior, y cuando le expliqué que no me estaba ayudando, me respondió: ‘de eso a nada, mejor llévese éste; no hay del otro’”.
En el IMSS, hay derechohabientes que al no recibir el medicamento, gastan 800 pesos al mes para adquirir tratamiento para polineuropatía.
“No hay medicamento para mi esposo, y para que no nos salga tan caro, compramos en genéricos o similares la Gabapentina, Indometancina, a veces hasta el Paracetamol”, comenta una señora.
Para las autoridades del Instituto de Salud del Estado de México, el caso de Irma no representa “desabasto”, por lo que niegan tener reportes; “a la señora se le dio medicamento para la presión alta”, justificó Elba Galicia, directora de Comunicación Social de esa dependencia.
En opinión de un médico del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca (HRAEI), quien pidió omitir su nombre, no se cubre la necesidad de la paciente, ya que ella misma externa que no surte efecto; “de que hay desabasto, claro que hay, pero las instituciones y los médicos siempre lo van a negar”.
En la entidad mexiquense, hay varias instituciones de salud pública, donde el Seguro Popular pretende cubrir a todas las personas que no cuentan con seguridad social, sin embargo, el Plan de Desarrollo del Estado de México 2011-2017 reconoce:
“La cobertura universal no garantiza una atención integral… y el programa ha fragmentado los servicios de salud, provocando variaciones en la calidad de atención entre los diferentes sistemas de salud, ya que se incentiva la competencia por recursos financieros y humanos en vez de la cooperación”.
Entre vales y genéricos
Rosa es paciente de ISSEMYM, toma Losartán, y asegura que la estuvo buscando dos días en varias farmacias, incluso en tiendas de autoservicio y no la encontró y tuvo que suspenderla por un mes.
“Nos dan los famosos vales para medicinas y me vine a pelear con ellos, y les dije que para la próxima, les vengo a aventar el papel”.
La opción para muchos son los genéricos o similares, pero el médico del HRAEI aclara que solo se puede confiar en algunos analgésicos y antibióticos, puesto que la sustancia activa no es de la misma calidad.
“Así se tome cien pastillas de similar, no va a hacer ningún efecto, y el paciente sólo gasta lo que no debería”.