La explosión ocurrida en el mercado de pirotécnica San Pablito, en Tultepec, se convirtió en noticia internacional. De nueva cuenta quedaron al desnudo las malas prácticas administrativas que caracterizan a la administración del Estado de México.

“El tradicional tianguis de juguetería pirotécnica de San Pablito está considerado como el mercado de fuegos de artificios más seguro de Latinoamérica”, aseguró el 12 de diciembre del año en curso, Juan Ignacio Rodarte Cordero, director general del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia… ocho días después debió tragarse sus palabras.

Rodarte Cordero, quien tiene un sueldo mensual de 69 mil 946.48 pesos, es vinculado con el secretario general del Gobierno del Estado de México, José Manzur Quiroga; uno de sus hermanos se encarga de los dineros de Manzur y otro de los de Peña Nieto.

El funcionario ha desempeñado varios cargos públicos. Fue secretario técnico de la Secretaría de Seguridad Ciudadana; coordinador del Consejo Estatal de Seguridad Pública; jefe de la Unidad de Apoyo Administrativo en el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social; asesor del secretario de Desarrollo Social; jefe del Departamento de Recursos Materiales del Instituto Mexiquense de Cultura; y encargado del área de Presupuestos del Consejo Estatal de Población.

Tultepec, 20 de diciembre… todo cambió

La desgracia ocurrida en este rincón del Estado de México, no pasó desapercibida para los medios internacionales. El diario español El País, encabeza un artículo de la siguiente forma: “No sólo es una tragedia, es una vergüenza”.

Expone en forma clara que lo acontecido revela “un estado de cosas en México que, por sabidas, no deben de dejar de escandalizarnos” y sentencia Luis Prados “México lleva demasiado tiempo aceptando la anormalidad como normalidad, asumiendo que la tragedia cotidiana, un secuestro, una extorsión, un asesinato, un atropello en las calles, una estafa de las instituciones públicas o privadas, un soborno o un accidente con decenas de víctimas causado por la incuria criminal de sus responsables es un hecho de la vida cotidiana”.

En otra nota del mismo medio, se reitera el hecho de que “no ha sido el primer suceso en Tultepec. Hace siete años el recinto también ardió. La diferencia es que entonces los puestos eran de lona. Construyeron los nuevos de cemento y metal. Con el calor, los nuevos materiales se convirtieron en una bomba de racimo.”

Al respecto, The New York Times señala: “Los accidentes pirotécnicos no son inusuales en México, en especial en la temporada navideña, cuando las familias compran cientos de fuegos artificiales para las fiestas. Los cohetes son una tradición respetada por los mexicanos y los mercados se llenan con pequeños fuegos artificiales para los niños… la explosión en San Pablito es el tercer accidente en los últimos once años”.

Le Monde también dedicó amplio espacio en sus páginas, al recordar los anteriores incendios de este mercado. “En septiembre de 2005, este mercado fue totalmente destruido por un incendio provocado por la explosión de fuegos artificiales con motivo del Día de la Independencia Nacional. Al año siguiente, otro incendio destruyó más de 200 stands”.

Para saber:

– El mercado de San Pablito era, de acuerdo con las máximas autoridades estatales en materia, el más seguro de Latinoamérica. Pero al momento hay 32 personas muertas y 12 en calidad desaparecidas.

– El Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (Imepi) recibió en 2016 el presupuesto más alto de los últimos tres años: 18 millones 266 mil pesos, de los cuales 13 millones 069 mil se fueron a “Servicios Personales” y no registró un solo peso gastado en “materiales y artículos de construcción y reparación, prendas de protección, materiales y suministros para seguridad o para equipo de defensa y seguridad”.

– De acuerdo con el último informe anual, en el ejercicio de 2015 se destinaron 17 millones 672 mil pesos y el Imepi ejerció sólo 13 millones 961 mil pesos en Gastos de Operación, Asignaciones, Subsidios y “Otras ayudas por la Premiación de Concursos”: 10 millones 991 mil pesos para “Servicios personales”, 345 mil pesos para materiales y suministros y 2 millones 374 mil para “Servicios generales”. Además gastó 170 mil pesos para “Ayudas sociales” y 78 mil pesos para “Otros gastos y pérdidas extraordinarias”, en las que se desagregan estimaciones, depreciaciones, deterioros, obsolescencia y amortizaciones.

– El organismo solicitó una ampliación por 2 millones 676 mil para abrir siete plazas, comprar gasolina, para “Gastos de operación”, para computadoras e impresoras y para dos vehículos.

– El organigrama del Instituto está conformado por Juan Ignacio Rodarte Cordero en la Dirección General. La Subdirección de Prevención y Difusión está a cargo de Carolina Silva Ortiz, con un salario mensual de 19 mil 377.96 pesos; la misma Carolina Silva Ortiz, funge también como secretaria particular de Rodarte Cordero, por lo que cobra 13 mil 739.48 pesos; en la Unidad de Información, Planeación, Programación y Evaluación, está Fernando Zimbrón Romero.