Vecinos de Salazar y Acazulco, en Ocoyoacac, expresaron su sentir sobre la deforestación en la zona por la construcción de la autopista Toluca-La Marquesa. Coinciden en que una obra carretera no justifica el daño ambiental y que pesaron más los intereses políticos sobre otros, también expresaron que a la clase política le falta voluntad política, visión y compromiso con los habitantes de esta zona boscosa.

“Es absurdo que se plantee la construcción del tren México-Toluca, que si bien busca reducir los viajes en auto, las emisiones y la congestión; a la par se haga el levantamiento de un segundo piso en el tramo Lerma-Marquesa de la misma autopista que induciría más tráfico vehicular y disminuiría el uso del tren como medio de transporte masivo”, señala Areli Carreón, asesora de movilidad de Greenpeace México.

Reportes  oficiales de 2014 de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) indican que se permitió la tala de 37 mil árboles a lo largo de los 13.6 kilómetros de longitud que contempla la obra. La tala masiva se produjo en el camellón central que divide los sentidos de la carretera libre México-Toluca, a la altura del kilómetro 35, en el municipio de Ocoyoacac.

En 2015 las autoridades estatales prometieron que se replantarían más de 700 mil árboles en las zonas aledañas a la Marquesa; sin embargo los habitantes aseguran que hasta la fecha ni ellos mismos saben si se plantaron los árboles. “Se trata de un discurso de mentiras, en México nos hace mucha cultura ambiental”, añade un visitante.

El daño ecológico no fue el único, vecinos de las comunidades citadas mencionaron que la obra les afectó directamente en sus trabajos; la mayoría de ellos se dedican a vender comida sobre la carretera y la construcción de la obra redujo considerablemente sus ventas. “La gente venía a distraerse, venía con la familia, disfrutaba de la naturaleza; pero desafortunadamente el gobierno está acabando  con esto”, señaló un  comerciante de la zona.

FUENTE : ALFA DIARIO