La seguridad e integridad física de los usuarios del transporte público en el Estado de México se encuentra en riesgo constante, ya que las autoridades de la Secretaría de Movilidad, detectaron a 791 operadores intoxicados en 2015 y el 90 por ciento son del Valle de México.
El secretario de Movilidad, Isidro Pastor Medrano, informó que del 18 de marzo de 2015 a la fecha, los exámenes toxicológicos que realiza personal de esta dependencia de manera aleatoria en todo el Estado de México revelaron que 791 operadores del transporte público otorgaban el servicio intoxicados, 400 con cocaína y mariguana, el resto con alcohol.
Luego de la volcadura que protagonizó un autobús de transporte público de la empresa México-Azcapotzalco, en el cual resultaron 12 personas lesionadas, porque el chofer manejaba alcoholizado, le fue retirada la licencia y se le canceló la concesión de la unidad, porque no estaba facultado para brindar el servicio a los usuarios,
La autoridad del transporte aseguró que la secretaria tiene la facultad de sancionar este tipo de acciones, en base al artículo 7.83 del Código Administrativo del estado de México y al artículo 145 del Reglamento de Transporte y Servicios Conexos.
En cuanto a la responsabilidad de las empresas de transporte, los despachadores ubicados en cada una de las rutas de los paraderos de transporte público de El Rosario y de Cuatro Caminos, tienen la obligación de revisar el estado físico en el que se presentan los operadores a brindar el servicio y la limpieza de los choferes.
Miguel Ángel Camacho, operador de la ruta del Toreo a Huixquilucan señaló que en los 23 años que tiene realizando esta labor, no se ha presentado ningún accidente en la ruta a la que pertenece.
Comentó que en caso de que algún operador se presente con aliento alcohólico o en mal estado se le niega la salida de la unidad y es referido a las oficinas de la empresa transportista.
Por su parte, los usuarios señalan que a veces los choferes, no van uniformados y tratan a las personas agresivamente cuando se les reclama el exceso de velocidad y hasta la música a todo volumen, sobre todo de las rutas que cruzan la avenida López Portillo y que salen de la base del metro Rosario.