La tarde de ayer, en Texcoco, tierra del rey poeta Nezahualcóyotl, se observó el contraste que en política existe en el estado de México, abrazos y peticiones al presidente Andrés Manuel López OBRADOR, gritos de «fuera, fuera» y gestos duros al gobernador Alfredo del Mazo; ausente el jefe político, el tlatoani de Texcoco, Higinio Martínez Miranda, el que acogió, protegió y ayudó al crecimiento del proyecto de lo que es la llamada Cuarta Transformación de AMLO.
López Obrador y del Mazo llegaron a Texcoco a sostener un diálogo con los pueblos, náhuatl, otomí, matlatzincla y tlahuica del estado de México, pero a pesar de que fueron recibidos con nobleza y con ceremonia indígena nahual, ambos políticos, de plano ignoraron la petición de la mujer indígena que habló antes que ellos.
Ernestina Ortiz Peña, autoridad otomi de Santiago Timilpa del municipio de Tianguistenco, fue muy precisa con el presidente de México al decirle que los pueblos indígenas tienen bosques que captan agua.
Sin embargo, dijo que «intereses externos a nuestras comunidades nos han despojado de nuestros recursos naturales, han envenenado nuestras aguas, talaron nuestros bosques y dividieron nuestras tierras para desarrollar proyectos mineros y carreteras como la autopista Naucalpan – Toluca, así como la Marquesa».
La petición de los pueblos indígenas fue muy clara y solicitaron apoyo jurídico para defenderse; además pidieron ser reconocidos «como sujetos de derecho público».
Pidió que se deje de contaminar el agua con los materiales que fueron llevados para la construcción del aeropuerto y le pidieron a AMLO considerar construir en ese lugar un gran centro ceremonial
Pero ni López Obrador ni Alfredo del Mazo dieron una respuesta a la representante de los pueblos mexiquenses; al contrario, en ese momento, dieron sus propios discursos que no demostraban un verdadero diálogo con los indígenas.
Andrés Manuel, expresó: Amigas, amigos de Texcoco, de comunidades, de pueblos, municipios de esta región del Estado de México:
Me da mucho gusto estar aquí en Texcoco. Tengo muy buenos recuerdos de
Texcoco, este es uno de los municipios, su pueblo, que más ayudó,
contribuyó al cambio, a la transformación que estamos llevando a cabo.
Y tenemos el compromiso con ustedes, con todos los pueblos originarios».
Pero así como ignoró la petición de la mujer indígena, también omitió decir que Higinio Martínez Miranda, fue uno de los pocos políticos que lo ayudaron a crecer su proyecto político en el estado de México.
Higinio Martínez estuvo ausente en esta visita presidencial y hay que recordar que AMLO lo tiene marginado de alguna manera por estar a favor del aeropuerto en Texcoco.
Los que sí acompañaron a López Obrador, fueron Delfina Gómez, delegada del gobierno federal en Edomex; Sandra Luz Falcón, alcaldesa de Texcoco, Horacio Duarte, subsecretario de Trabajo y responsable del proyecto de jóvenes, entre otros miembros del grupo político de Higinio Martínez.
Entre los contrastes, esta el hecho de los gritos de repudio en contra del gobernador Alfredo del Mazo, al que le reprocharon no escuchar al pueblo, permitir el incremento del pasaje y los gritos que más se escucharon fueron: «fuera fuera».
El semblante de Alfredo del Mazo permanecía firme a pesar de los gritos de reclamos que trataron de ser opacados con expresiones de «México México» y el sonido del caracol.
Y a pesar de que fue una reunión con pueblos indígenas, hubo uno que quedó marginado y fuera de los invitados a esta actividad presidencial.
Ellos fueron «Los Atencos» que desde afuera de las protecciones metálicas gritaban que «el pueblo unido jamás será vencido».
Ellos, los seguidores de Ignacio del Valle Medina, los que vencieron al proyecto aeroportuario de Vicente Fox, gritaban que no permitirán que se concluya la autopista Pirámides-Texcoco.
Sus gritos se perdieron entre el murmullo, los discursos de AMLO y Alfredo del Mazo, a pesar de que también San Salvador Atenco, es un pueblo originario, de lucha y machetes.