Estados Unidos amenazó este domingo al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con una “respuesta significativa” si recurre a la violencia contra la oposición venezolana o el personal diplomático estadounidense en Caracas, y confirmó que no planea cerrar su embajada en la capital venezolana.
John Bolton, el asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Donald Trump, endureció su discurso hacia Maduro cuatro días después de que la Casa Blanca respaldara a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, una apuesta de consecuencias aún impredecibles dada la persistente crisis política en el país.
“Cualquier (acto de) violencia e intimidación contra el personal diplomático estadounidense, el líder democrático de Venezuela, Juan Guiado (sic), o la Asamblea Nacional representaría un grave asalto a la legalidad y estará seguido de una respuesta significativa”, escribió el asesor de Trump en su cuenta de Twitter.
Bolton, una de las figuras más duras respecto a Venezuela en la Casa Blanca, denunció además “el apoyo de Cuba” al chavismo “y su control sobre la seguridad de Maduro y las fuerzas paramilitares”.
El Departamento de Estado, por su parte, dejó entrever que no planea negociar con Maduro el establecimiento de una oficina de intereses en Venezuela, puesto que a la autoridad a la que reconoce como presidente legítimo es a Guaidó, y no a él
“No tenemos ningún plan de cerrar la embajada”, dijo a Efe una funcionaria del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.
Aunque Maduro anunció el miércoles la ruptura de relaciones con EE.UU. y dio un plazo de 72 horas a los diplomáticos estadounidense para abandonar el país, Washington solo ha retirado al personal no esencial de la embajada y a los familiares “por motivos de seguridad”, y no por la orden del mandatario.
“El presidente interino Guaidó ha invitado a la misión estadounidense a quedarse en Venezuela”, subrayó la fuente.
Trump, que desde que llegó al poder ha mantenido una dura postura contra Maduro y ya en 2017 dijo que se reservaba la opción militar, fue el primer líder internacional en reconocer a Guaidó, el jefe de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) como presidente legítimo.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, telefoneó a Guaidó la noche anterior a que el opositor se autoproclamara presidente interino de Venezuela para prometerle el apoyo inmediato de Washington, y la Casa Blanca contactó a otros países dentro y fuera del continente para asegurarse de que seguirían sus pasos.
“Estamos aquí para urgir a todas las naciones a apoyar las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano en su intento de liberarse del Estado mafioso e ilegítimo del expresidente Maduro”, afirmó hoy Bolton en Twitter.
“Estados Unidos está ayudando a recuperar un futuro brillante para Venezuela”, aseguró el asesor de Trump.
La Casa Blanca confía en que la presión internacional persuada a Maduro de negociar una salida del poder, y entre los países a los que ha presionado para que se sumen a su campaña se encuentra Israel, que no tiene relaciones diplomáticas con Venezuela pero hoy reconoció igualmente a Guaidó como presidente legítimo.
Para reforzar esa campaña, EE.UU. ha nombrado como enviado especial para Venezuela a Elliott Abrams, un conservador exdiplomático al que los chavistas acusan de haber apoyado el intento de golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez.
Pero algunos analistas opinan que Trump no parece tener un “plan B” por si Maduro se aferra al poder y Venezuela queda dividida en dos poderes ejecutivos reconocidos por distintas potencias.
Consciente de que la presión internacional puede no ser suficiente, la Casa Blanca ha advertido de que hasta ahora “apenas ha rozado la superficie” de lo que podría hacer en cuanto a sus sanciones contra Maduro, y podría apuntar pronto al petróleo.
“Creo que en los próximos días van a ver más detalles sobre eso”, adelantó hoy el senador republicano Marco Rubio, una figura muy influyente en la política hacia Venezuela de Trump.
“Casi el 75 % del efectivo, que recibe PDVSA (la petrolera estatal venezolana) (…) viene a través del crudo que le mandan a refinerías de los EE.UU. (…) Lo que es lógico es que se siga comprando pero que el dinero que se debe se ponga a disposición del Gobierno legítimo” de Guaidó, dijo Rubio a la cadena Univisión.