El esposo y padre relata su proceso para dejar de fumar
Pide hacer conciencia por el daño que causa el cigarro
La vida de José Pablo Sánchez Barreto tiene un antes y un después del COVID-19. Fumador desde hace 13 años, al constatar la afectación que tiene el virus en las personas fumadoras, tomó la fuerza necesaria para dejar el cigarro.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora el 31 de mayo, José Pablo comparte su experiencia: “Escuché y comprobé que el fumar es causa de complicaciones del COVID-19 por enfermedad respiratoria. Entonces pensé en mis hijos y familia; hice conciencia, porque no los quiero dejar”.
El Jefe del Departamento de Servicios Generales del HGZ No. 98 en Coacalco del IMSS se sincera y reconoce que en más de una ocasión intentó dejar de fumar. “Trate algunas veces cuando nacieron mis hijos, ¡pero lo retomaba al mes! Es increíble esa adicción, una cajetilla me duraba en épocas de estrés hasta dos días, cinco cigarros al día mínimo y cuando no, me la echaba en cinco o seis días”, comentó.
Pero el ver a pacientes a diario con esa comorbilidad y las complicaciones que provoca, dejó huella en José Pablo. Desde hace 20 días dejó de fumar. En una tarde y luego de atestiguar un desafortunado fallecimiento agravado por esa causa, reflexionó:
“Ahí pensé que puedo complicar más mi salud fumando un cigarro que dura tres minutos, que podría estar en mayor riesgo de morir o de que me intuben y perder la opción de no despedirme de mis hijos, mi esposa y familia. Eso me hizo darme cuenta que no lo necesito”.
El trabajador de 38 años y dos hijos de 5 y 2 años exhorta a las personas a dejar de fumar y cuenta su proceso: “Me ha costado bastante, más por el estrés que se vive a diario en el trabajo. Sinceramente veía el fumar como una escapatoria y la verdad el miedo a empeorar si me contagiaba de COVID-19 ayudó a fortalecer mi fuerza de voluntad”.
Los primeros días, explicó, “son los más difíciles, pero sí se puede y poco a poco lo vas dejando de lado. Te ayuda platicar con los mismos compañeros que han decidido dejarlo por la misma causa que yo, y pues te vas echando porras. Nos ayudamos cuando caemos en la desesperación”.
José Pablo afirmó que, aunque le falta mucho para dejar totalmente la adicción, va por buen camino. “Es un buen principio, voy por el mes, luego por los tres meses y luego por el medio año, y así me la sigo. Por mi familia puedo”, finalizó.