Según investigaciones, las mujeres engañadas mejoran su autoestima al tiempo.
De acuerdo a un estudio realizado a 5 mil 705 personas de 96 países, aquellas personas que fueron engañadas por sus parejas, al tiempo mejoran su autoestima y confianza en sí mismos. Es decir, el hombre que les fue infiel, a final de cuentas les hizo un favor.
El psicoanalista y expresidente del Claustro de Analistas en Formación de la APA, Diego Luparello explicó que las personas que atravesaron por alguna pérdida de pareja, mejoran con esa experiencia.
“Las personas que enfrentan pérdidas en su vida, situaciones de frustración y dolor, como puede ser una separación o engaño, suelen capitalizar esa experiencia para mejor”
“Contrariamente a lo que suele pensarse, una herida narcisista, como lo es ser víctima de un engaño, puede ser una oportunidad de maduración”
Los resultados que arrojó la investigación resaltan que las mujeres que fueron sorprendidas por una infidelidad se volvieron más conscientes de cómo otras mujeres interactúan con su pareja, por lo que tienen más confianza en sí mismas, además de ser más independientes.
Es decir, aquellos que sufrieron un engaño de su pareja, desarrollan habilidades de detección, lo que se traduce en que su próximo compañero las trate mejor que el anterior que les fue infiel.
Además, el estudio sugirió que una nueva relación con comienzos en la infidelidad, es decir, que se conocieron siéndoles infieles a sus parejas, tiene pocas probabilidades de durar.
“La lógica y la evidencia anecdótica sugieren que estas relaciones no serán exitosas a largo plazo en la mayoría de los casos”, destacó el experto.
Luparello señaló que las experiencias dolorosas son reales e imposibles de evitar lo que permite un ajuste más realista de los límites y la fragilidad.
“Ser engañados nos permite conocer nuestras reales limitaciones, y romper con la ilusión infantil narcisista que nos exige reconocimiento constante”.
Digo, cada relación es distinta, y hay rupturas más difíciles de superar. No obstante, otras que no son tan traumáticas para la víctima permiten un ejercicio de tolerancia a la frustración y maduración.
La relación previa a la infidelidad deja de existir y el desafío se convierte en atravesar la crisis o perdonar y construir una segunda relación más profunda y sana.
En psicología, el factor de resiliencia es la capacidad de salir fortalecido de situaciones adversas. “Hay personas que lo tienen y otras que no. Existen aquellos que pueden quedar dañados para siempre y así afectar sus relaciones futuras. Y otros, que se convierten en más fuertes y sabios, conectados con su emoción, experiencia y aprendizaje”, concluyó.
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