Cada uno de los 66 diputados de la ALDF gana al mes más de 160 mil pesos, entre su dieta, seguro para retiro, gastos médicos, “apoyo para actividades legislativas” y el mantenimiento de su módulo de atención, al que muchos ni van.
Además no gastan en comidas, transporte, oficinas ni teléfono celular. Y, por si fuera poco, pagan, con cargo a los ciudadanos, millones de pesos, al mes, en sus asistentes.
Pero además de ese sueldo —que es todo, menos austero— quienes mandan en la ALDF han decidido servirse con la cuchara grande y sin pudor repartirse el botín, como si el dinero público les perteneciera; como si el espacio de representación que tienen los facultara para darse recursos a manos llenas.
Los coordinadores de los ocho partidos políticos, quienes a su vez integran la Comisión de Gobierno —órgano máximo por el que pasa el teje y maneje en la Asamblea—, definieron que por el simple hecho de serlo merecían 300 mil pesos mensuales. Se los autorregalaron. Además otros 11 legisladores que sin ser coordinadores también forman parte de la comisión se recetaron 200 mil pesos, cada uno, sólo por pertenecer. Así, de un plumazo y sin preguntarle a nadie.
Sí, por capricho de los 19 integrantes de dicho órgano, los ciudadanos pagaremos 4.6 millones de pesos mensuales. Claro, el acuerdo se dio en lo oscurito y no fue hasta que el coordinador de la bancada de Morena, César Cravioto, reconoció que a él y a los diputados Paulo César y Beatriz Rojas ya les habían depositado el recurso que se hizo público.
Conveniente silencio guardaron los legisladores, que, sin importar el partido, coincidieron en que era bueno servirse con la cuchara grande. Quizá por eso casi una tercera parte del total de los 66 diputados en la ALDF pertenece a una comisión que tendría que estar integrada sólo por los coordinadores.
Los beneficiarios del sueldazo —además de los tres diputados de Morena arriba señalados— son Leonel Luna, coordinador del PRD y presidente de la Comisión de Gobierno; Jorge Romero, líder del PAN y secretario; Israel Betanzos, coordinador del PRI; Carlos Candelaria, del Partido Encuentro Social; Armando López-Velarde, de Movimiento Ciudadano; Xavier López Adame, del Partido Verde; y Juan Gabriel Corchado, de la coalición Nueva Alianza-Humanista-PT. Todos se embolsan 300 mil pesos adicionales a los más de 160 mil que ganan.
Además de ellos, Mauricio Toledo, Elizabeth Mateos, Nora Árias y Manuel Ballesteros, del PRD; Wendy González Urrutia, Luis Alberto Mendoza y Miguel Ángel Abadía, del PAN, y Luis Gerardo Quijano y Adrián Ruvalcaba, del PRI, reciben, porque así lo quisieron, 200 mil pesos mensuales.
En la Asamblea parecen campear la opacidad y la ambición desmedida. Un abuso. Un exceso. Una grosería. Y luego se sorprenden del descredito público.
– Off the record . La ALDF, convertida en circo, ya pasó del chiste a la ingobernabilidad. Ayer no hubo sesión porque “no había condiciones”, pues las protestas dentro y fuera de Donceles no cesaron desde temprano. Claro, todos los diputados cobraron íntegro su sueldo, aun sin trabajar… A propósito del Legislativo, antes de que concluya la primera quincena de noviembre, la desindexación del salario mínimo como unidad de medida será aprobada por la Cámara de Diputados tal y como fue enviada por el Senado. Comenzará el camino, pues, para que los Congresos estatales la voten y quede avalada, y entonces no habrá nada que impida que comience el aumento del salario mínimo, que hoy es vergonzoso e inmoral. Después de 18 meses de perseguir esa agenda el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y su secretario de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski, se acercan a ese triunfo. Van por un incremento de más de 15 pesos en lo inmediato: 86.35 pesos, que es la nueva cifra de la canasta alimentaria.
– En boca cerrada. “Jorge Romero decide irse como secretario de la Comisión de Gobierno porque al secretario le toca medio millón de pesos”.
De nuevo, el dinero. El coordinador de Morena en la ALDF, César Cravioto, acusó de ambicioso al coordinador panista, Jorge Romero. Así el nivel.