En países donde la reputación de las empresas no es tan buena, la mayoría de las personas prefieren que sea el Estado el que gestione las compañías, revela encuesta.
Argentina y Chile son dos de los países latinoamericanos donde la mayoría de sus ciudadanos prefieren a las empresas estatales sobre las privadas, mientras que en Brasil, Colombia y México las personas consideran que es mejor para sus países que haya más compañías privadas y menos firmas administradas por los gobiernos, arrojó el “Estudio Regional de Reputación Corporativa”.
“Cuanta peor imagen de las empresas o los sectores económicos existe, más se pide la presencia del Estado. De ahí que el sistema empresarial debe tomar en cuenta seriamente las consecuencias de tener una mala imagen”, comenta Luis Costa, director general de Luis Costa & Asociados, firma que realizó dicha investigación.
El estudio elaborado a partir de una encuesta a 4,500 personas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México, refiere que en la mayoría de estos países las personas consideran que las empresas tienen una relación poco cercana con la sociedad, no importando mucho si las firmas son pequeñas, medianas o grandes.
“Y si ven (las personas) que hay un gobierno activo en el control de la economía, que quiere invertir, esto le da al Estado legitimidad para avanzar en una u otra dirección”, advierte el directivo de Luis Costa & Asociados.
La preferencia de los ciudadanos hacia empresas estatales o privadas son un termómetro para los gobiernos, considera Luis Costa, pues les da un parámetro de qué tan complejo sería aumentar su actividad en el ámbito económico o denunciar, por ejemplo, abiertamente la actividad privada.
“En el caso de Argentina es distinto. Sus indicadores no son nuevos y no tienen que ver con el Kirchnerismo. Este país tiene una larga tradición de cultura estatista que no tiene que ver con un gobierno en sí mismo, sino con la vinculación de los ciudadanos con el mundo empresarial. Chile es otro caso. En los últimos 30 años ha logrado tener un crecimiento importante de su clase media, que se ha vuelto más demandante frente al Estado”, concluye el especialista.