La incertidumbre de la familia de Virginia N, una mujer que desapareció hace 20 años, cuando tenía 23, puede haber llegado a su fin, aunque el resultado apunta a ser tan doloroso como lo fue su ausencia.

Trabajadores que construyen un deportivo para la comunidad de la colonia Loma Colorada, en Naucalpan, encontraron fragmentos de huesos de entre 10 y 15 centímetros de largo, al parecer humanos, mientras excavaban en un predio —hoy baldío— que antes se utilizó como casa habitación.

Semanas antes, en el mismo sitio, habían encontrado otros fragmentos de hueso entre la tierra que sacaron. Al igual que lo hicieron hace días, llamaron a las autoridades y peritos de la Fiscalía mexiquense acudieron al lugar para investigar y determinar a quién pertenecen.

Pero vecinos que observaban los trabajos recordaron que ahí estaba la casa de Virginia Camarena y llamaron a su hija, quien tenía un año cuando su madre desapareció, para que acudiera al lugar.

La joven vio cómo empacaban los fragmentos de hueso y llegó a una conclusión: esos restos podrían ser los de su madre, de quien no supo nada mientras crecía.

Quien podría saber a quién pertenecen esos huesos, sería su padre, César, pero él murió hace unos meses, atacado a balazos.

Vecinos contaron que el esposo de Virginia era el principal sospechoso de la desaparición de la mujer, pero las autoridades nunca pudieron inculparlo.

CON INFORMACIÓN DE DIARIO DE NAUCALPAN