Amanda Coats, una mujer de 43 años, compartió en su perfil de Facebook imágenes en las que muestra las terribles consecuencias que sufrió en su rostro tras hacerse un tatuaje en la zona de las cejas.
La mujer denunció que tras hacerse el procedimiento en una clínica especializada, se le irritó la piel de su rostro y poco a poco se le fue desprendiendo.
“Parecía como si se estuvieran comiendo mi piel, que se estaba desprendiendo. Me dolía mucho”, escribió en la publicación al pie de la imagen.
Amanda señala que ella sabía que al tatuarse su ceja podría presentar alguna reacción pero asegura que lo que ella tiene es una infección, ya que en unas partes su rostro tiene pus.
La mujer denuncia que la cínica no cumplió con todos los procedimientos porque la señora que le hizo el tatuaje “entraba y salía de la sala atendiendo a otros clientes durante mi tratamiento y haciendo otro tatuaje al mismo tiempo”.
Además señala que “no se puso guantes nuevos”, por lo que los utensilios utilizados fueron expuestos a suciedad.
Por su parte, la clínica responsable del procedimiento señala que los malestares que ha presentado la señora se deben a una reacción al pigmento de la tinta, además de que la víctima no siguió las recomendaciones que le dieron de cómo debía cuidarse el tatuaje.
Tras lo ocurrido, Amanda hizo público su caso para invitar a todas las mujeres que quieran hacerse un procedimiento de este tipo a que primeramente se realicen todas las pruebas médicas posibles para saber si son candidatas a cualquier tratamiento cosmético.