Luego de analizarlo dos meses, el gobierno de Trump finalmente ha llegado a una estrategia en su relación tensa con Corea del Norte. Un alto cargo de la milicia que fue informante de la agencia AP declaró que Estados Unidos no atacará al país asiático en respuesta a las pruebas nucleares o al lanzamiento de misiles.

En vez de eso, llevará a cavo una política de “máxima presión”.

Los asesores del presidente habrían analizado una serie de puntos acerca de cómo persuadir a Norcorea de que deje su programa militar, incluyendo ataques militares. Se propuso, también, catalogar a Norcorea como un estado nuclear. Sin embargo decidieron continuar como lo han manejado hasta la fecha.

Con a la ayuda de China, principal socio comercial de Corea del Norte, se aumentará la presión a ésta.

Parte de esta estrategia fue la movilización de un portaviones en las aguas que rodean la península.

Según las agencias de inteligencia de Estados Unidos, este sábado 15 de abril Corea del Norte llevará a cabo una sexta prueba nuclear, en conmemoración del 105° aniversario de si antiguo líder Kim II Sung, abuelo del actual gobernante del país.