Si te sientes desmotivado para salir de tu casa, ten cuidado porque tu salud y bienestar pueden correr riesgo. Un estilo de vida sedentario en el trabajo y el hogar es un factor que contribuye al desarrollo de la obesidad, un síndrome relacionado con la edad.
La obesidad es una afección caracterizada por un aumento de la masa grasa y una reducción de la masa muscular magra. Debido a que más del 20% de la población mundial tendrá 60 años o más para 2050, de acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), podemos esperar que la prevalencia de las enfermedades aumente.
Andrew Shao, vicepresidente de Política Mundial de Nutrición de Herbalife, indica que la obesidad es provocada por una combinación de inactividad física, envejecimiento y mala alimentación y se acompaña de inflamación de bajo grado, resistencia a la insulina y cambios en la producción de hormonas. La condición tiene el potencial de convertirse en un problema de salud pública más grave debido a una mala alimentación, el envejecimiento de la población, un estilo de vida sedentario y el número creciente de puestos de trabajo donde se está sentado por largos períodos de tiempo.
Para evitar esto es necesario tener una correcta nutrición y hacer ejercicio de forma regular para apoyar el bienestar y un estilo de vida saludable y activo. Aunque la obesidad, no tiene una sola causa, la raíz del problema es que hay demasiada gente superalimentada y desnutrida en el país que consume alimentos ricos en energía y pobres en nutrientes.
Si no se controla, la obesidad puede debilitar los músculos, limitar la movilidad, aumentar la probabilidad de caída y fractura, reducir la calidad de vida, inhibir la independencia y aumentar la probabilidad de enfermedades metabólicas (diabetes, síndrome metabólico) y cardiovasculares (hipertensión, ataque al corazón).
Estrategias potenciales
Para mejorar la composición corporal y reducir la grasa visceral, la atención debe centrarse en:
– Entrenamiento de resistencia regular usando pesas, máquinas de peso, etc.
– Tener una alimentación rica en nutrientes con una variedad de frutas, verduras, granos enteros, proteína magra (soja, carne magra, aves, huevos, nueces, semillas), compuestos bioactivos (té verde) y ácidos grasos omega 3 aceite, aceite de krill).
– Limitar el consumo de calorías “vacías”.