Elisa Chedid González y Laura Leticia González Chedid, madre y abuela, respectivamente, de la menor de 10 meses Yara Gharamy, quien falleció el 10 de diciembre en la Estancia Infantil “Julieta Lechuga de Pichardo”, del sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Toluca, acusaron a las educadoras y enfermera de ese plantel de homicidio, y señalaron antecedentes de presuntos malos tratos e incluso violencia física en contra de la bebé.
“Esto es un homicidio, la niña estaba completamente sana y de eso hay constancia en el hospital de la XXII Zona Militar donde la atendían. Ella no estaba enferma, aquí la mataron”, afirmó la señora Laura Leticia González Chedid, madre de la menor fallecida a la agencia MVT.
La madre y la abuela, acompañadas de unos quince familiares y amigos, acudieron este martes a las instalaciones de la Estancia Infantil “Julieta Lechuga de Pichardo” a intentar dialogar con la directora del plantel, las educadoras y la enfermera que tenían a su cargo a Yara Gharamy cuando murió; sin embargo, éstas les cerraron las puertas y les negaron el paso a la institución.
Elisa Chedid González, madre de la menor muerta, relató que pasó una hora desde que la niña murió hasta que le avisaron a su abuela, Laura Leticia González, quien dijo que trabaja en la delegación estatal del Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA), que se encuentra a solamente unas cuadras.
“Cuando me avisaron me vine volando, vi a los paramédicos del SUEM y les pregunté qué estaba pasando, les pedí ver a la niña, pero intentaron encerrarme en una cocina, pero yo me escapé y fui hasta la sala de lactancia donde normalmente estaba la niña, y ahí la encontré toda pálida, ya estaba muerta, y ellos me dijeron que le estaban dando los primeros auxilios. ¿Primeros auxilios a un cadáver?”, cuestionó.
Relató que ella solicitó que la trasladaran al Hospital Militar para su atención, pero le dijeron que tenían que llevar a la menor al nosocomio más cercano, y ese era el Hospital del Niño, pero todo fue inútil porque la menor ya había fallecido.
“Me la entregaron con todo el babero lleno de alimento, lo que indica que a la niña la estaban forzando a comer de más. La niña cuando decía ya no quiero, era ya no quiero, y no se le tenía que dar de más, porque podían hacerle daño”, explicó la abuela.
En tanto, la madre de Yara Gharamy comentó que dos meses antes la niña presentó un vómito con sangrado, y cuando la llevó a la clínica de la XXII Zona Militar, el médico le informó que la menor presentaba un fuerte golpe abdominal. “Al otro día, cuando traje a la niña, le dije lo que había pasado a la enfermera que nos la recibía, pero ella dijo que no sabía nada, que no había antecedente de que se hubiera golpeado”, apuntó.
También comentó que frecuentemente le entregaban a la menor con golpes y “chipotes” en la cara y cabeza, y que cuando ella preguntaba qué le había pasado, la enfermera se limitaba a decirle que la niña era muy inquieta, que se caía por que se resbalaba con los zapatos, y aunque le cambió de inmediato el calzado, sucedía lo mismo en los días siguientes.
Las mujeres exigieron justicia, y demandaron que la Procuraduría General de Justicia del Estado de México actúe apegada a la ley en las investigaciones, sin dar preferencia a las maestros y enfermera de la institución, dada su condición de servidores públicas, y llamaron al gobernador Eruviel Ávila Villegas a que haga justicia en este caso.
“En la Procuraduría de Justicia simplemente no están haciendo nada, solicitamos la copia de la carpeta de investigación y nos dijeron que eso iba a estar difícil porque se van de vacaciones, que a lo mejor para el año que entra nos las entregan. Creen que por ser pobres se pueden burlar de nosotros”, finalizaron.