Activistas en EE.UU. salieron a las calles de Washington (capital) para protestar contra las farmacéuticas de provocar enfermedades a través de las vacunas.

Si a usted le dijeran que las vacunas que les administran a sus hijos causan otras enfermedades, entre ellas el autismo, ¿que haría usted? Pues eso es exactamente lo que están diciendo activistas en EE.UU. quienes salieron a las calles de Washington a protestar contra las farmacéuticas por el uso de mercurio, aluminio y otros componentes en la fabricación de vacunas.

La copiosa lluvia no fue impedimento para que activistas de varias organizaciones marcharan en demanda de transparencia en las corporaciones farmacéuticas a las que acusan de causar enfermedades a través de las vacunas.

William Thompson, científico del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), denunció públicamente que ‘a él y sus colegas en la rama de seguridad en las vacunas del CDC, se les ordenó destruir evidencia y manipular datos para ocultar cualquier conexión entre las vacunas y el autismo’.

Protestaron contra los medios de comunicación por tergiversar la información y los acusan de estar vendidos a la industria farmacéutica.

El proceso del desarrollo de las vacunas se maneja en secreto por parte de las grandes compañías farmacéuticas. Y cuando se escuchan voces como estas, los medios de comunicación se encargan de etiquetarlas dentro de la ‘teoría de la conspiración’. Entre otras, exigen al gobierno que las vacunas dejen de ser obligatorias.