El Fondo Monetario Internacional (FMI) podría tener su sede en Beijing en una década si continúan las tendencias de crecimiento para China y otros grandes mercados emergentes, y eso se refleja en la estructura de votación del fondo, dijo este lunes la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
La funcionaria afirmó en un evento en el Centro para el Desarrollo Global en Washington que eso era “una posibilidad” debido a que el fondo necesita aumentar la representación de grandes mercados emergentes en la medida en que sus economías se vuelven más grandes e influyentes.
“Lo que bien podría significar que si tenemos esta conversación en 10 años (…) podríamos no estar sentados en Washington, D.C. Lo haremos en nuestra sede principal en Beijing”, afirmó