Para contrarrestar a los franeleros o también llamados “viene viene” que se han adueñado de las calles, el gobierno de la ciudad de México instaló parquímetros, pero resultó contraproducente, ya que ahora las calles se han privatizado y son administradas por estas personas en contubernio con los dueños de los Valet Parkig.
Tan sólo en colonias como la Condesa, Polanco y la Roma las quejas aumentan día a día, ante la indiferencia de las autoridades.
Edgar Avilés, representante de la asociación en Defensa de la Roma-Condesa, dijo que la instalación de los parquímetros era para combatir la cultura de la informalidad de los franeleros, pero en realidad sólo fue el pretexto para privatizar las calles.
Todo esto, porque el gobierno pudo haber combatido con la ley de Cultura Cívica a los franeleros, porque la ley señala que aquella persona que aparta un lugar en la calle con un bote, un envase de PET o cualquier objeto, puede ser multada desde los 771 pesos hasta los mil 402 pesos o de 13 a 24 horas de arresto.
Edgar Avilés señala en entrevista con Letra Roja que el gobierno capitalino argumentó que esto no resolvería el problema por lo que los vecinos aseguraron que debían ser detenidos cuantas veces violaran la ley, y a través de esta vía hacer que su negocio fuera inviable, pero no los escucharon.
Por otra parte, señala que se ha detectado que los “viene viene” le dan su “mochada” a los policías para no detenerlos, y ahí está el problema.
El programa para regular la vía pública “fracasó”, pero nadie duda que es un gran negocio tanto para el gobierno como para estas personas, quienes “han llegado a un acuerdo con la gente de Ecoparq (encargados de administrar los parquímetros) para que sean ellos, quienes administren los lugares donde están los parquímetros”.
Apartan lugares con botes, tambos, refrescos, tabiques y hasta llantas, para que cuando un conductor llegue, no sólo pague lo que marca el parquímetro, sino además tenga que darle una propina al franelero, que va de los 10 a los 20 pesos, por apartarle el lugar.
Avilés señala que hay caso en que los franeleros “ya no trabajan por su cuenta, sino para los Valet Parking”, apartando lugares en las calles cuando los estacionamientos ya están llenos, “eso se llama monopolio”.