Historias de Uber: La esposa de un narco

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Nunca se imaginó quién se iba a subir al Uber. Llegó a un importante hotel en la Ciudad de México. Un hombre, con una pistola en el cinturoón, le dijo que ya lo esperaban.

“Me cargaron unas cinco cajas de cartón cerradas, super cerradas, con cinta canela y plástico. El señor que las subió me dijo que era material frágil, botellas de Buchanan´s para una fiesta”.

Bajaron a una joven guapísima. Apenas podía caminar de tan borracha que estaba. Un hombre la subió al auto y le dijo al conductor que cuidadito me pasara de pendejo, que no sabía a quién estaba llevando.

“Me dio miedo, y creo que supe decir que no, me subí al auto y seguí el navegador. Me llevaban a Polanco creo, no me acuerdo bien la dirección y si me acordara no la diría”.

Apenas iban a mitad de camino, nuestro conductor se percató que la mujer había cancelado el viaje. Y enseguida le indicó lo que pasaba.

Oiga señorita, me canceló el viaje y la tengo que dejar aquí
No, yo no le cancelé nada y no me voy a bajar
Es que no la puedo llevar porque no tengo destino, y me van a llegar otros viajes
Pues no me bajo y hágale como quiera
“No sabía qué hacer, la verdad pensé que era planeado. Cancelé dos viajes y Uber me bloqueó de la plataforma, ya no podía cargar pasaje, todo me salió mal ese día”.

De reprente una llamada trajo la calma, la mujer dijo que estaba parada y que el señor ya no la quería llevar, la persona al teléfono pidió que le comunicara al conductor.

¿Qué pasó viejo? Como que no quiere llevar a la dama (acento norteño)
Lo que pasa es que canceló el viaje, pero si usted me dice a dónde iba yo la llevo
No señor, me va adecir en donde está y vamos para allá
Minutos después llegaron tres camionetas negras, blindadas, con hombres armados. Bajaron a la mujer, la subieron a otro carro, bajaron las cajas y se fueron. Todo a plena luz del día, todo en una avenida transitada.

“Me fui a la casa y le platiqué a mi esposa. Entre broma y broma me dijo: a lo mejor era la esposa de un narco. Me quedé pensando unos momentos y sí, yo creo que sí era”.

Hasta aquí la historia de hoy, nos leemos la próxima.

Fuente : Letra Roja

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