En varias ocasiones la mujer negó que en una habitación del hotel haya muerto el escolta del caso Ferrari y siguió atendiendo a los clientes del lugar.
La semana pasada, González Ibarra, escolta de un empresario que viajaba en un Ferrari rojo, descendió del vehículo en Viaducto-Tlalpan y golpeó al conductor de otro automóvil, en hechos que fueron grabados y difundidos en redes sociales como “Lord Ferrari”.
El cadáver del escolta fue hallado sin vida en una habitación del citado hotel, el más antiguo de este municipio. Dejó una carta póstuma.
El establecimiento funciona como hotel y motel. Tiene tres tipos de habitaciones: suite, con tarifa de 400 pesos; suite con jacuzzi, 550, y master suite con jacuzzi, 750 pesos.
El hotel Atizapán, ubicado en el número 54 de avenida Juárez, en el centro del municipio, es propiedad de españoles y fue construido en la década de los 70. “Fue el primer hotel en Atizapán y no estaba mal, hasta donde sé tenía buena fama”, relató Ramiro Espinosa, habitante del municipio.
En septiembre de 1993 una intensa lluvia en las partes altas del municipio provocó que se inundara el estacionamiento subterráneo del hotel. “El gerente de aquel tiempo les avisó que se estaba inundando y bajaron los clientes a querer salvar sus automóviles. Por eso fue que hubo mayor cantidad de muertos, llegó el torrente y no pudieron hacer nada”.
El 1 de enero de 2001, un cortocircuito generó un incendio en el cuarto piso. Un hombre se refugió en el baño de su habitación y murió asfixiado. Dos mujeres se arrojaron al vacío para escapar de las llamas, una de las cuales cayó sobre el toldo de un microbús y murió. Algunos huéspedes fueron rescatados en helicóptero de la azotea. Once personas, entre ellas tres bomberos, resultaron heridos. “Después hubo otra desgracia, un conocido mío dicen que lo drogaron y ahí apareció muerto”, menciona Espinosa Valdemar.
Concluye: “El hotel tiene su historia, pero a final de cuentas ha sido más positivo que negativo” para la ciudadanía.
“Fue el primer hotel en Atizapán y no estaba mal, hasta donde sé tenía buena fama”, comentó Ramiro Espinosa, habitante de Atizapán.
Fuente : El Grafico