El inicio del ciclo escolar 2024-2025 se vio marcado por la violencia y las protestas en distintas regiones del país, afectando a miles de estudiantes. Fue el caso, en al menos seis municipios de Guerrero y Chiapas, las clases no comenzaron debido a la situación de inseguridad, mientras que en Michoacán, maestros de la Sección 18 de la CNTE se declararon en paro, impidiendo el inicio de clases en más de 2 mil 500 planteles.
Hay que sumar a estos municipios, el caso de Chalco, que, se ve
En Guerrero, los municipios de Coyuca de Benítez, Leonardo Bravo y Petatlán no iniciaron clases presenciales por la violencia en las comunidades. El secretario de Educación del estado, Marcial Rodríguez Saldaña, anunció que en estos lugares se optará por clases virtuales, aunque con grandes limitaciones debido a la falta de conectividad y recursos tecnológicos.
Cabe destacar que en Coyuca de Benítez, profesores de la comunidad de Las Lomitas han dejado de asistir desde abril, tras ser despojados de sus vehículos y pertenencias por hombres armados.
En Petatlán, los ataques de La Familia Michoacana han generado pánico, mientras que en Acapulco, las secuelas del huracán Otis han dejado varias escuelas en condiciones inoperables.
Chiapas
En Chiapas, la violencia entre grupos criminales ha interrumpido el ciclo escolar en la Sierra Madre, agravando el problema de la deserción escolar. Comunidades como La Trinitaria, Motozintla, Frontera Comalapa y Chicomuselo han visto cómo los estudiantes abandonan las aulas, muchas veces obligados a huir junto a sus familias.
Por otro lado, en Michoacán, la CNTE impidió el inicio del ciclo escolar en cientos de planteles, exigiendo el cumplimiento de un pliego de demandas.
Aunque la Secretaría de Educación de Michoacán reportó que el 99.7% de las escuelas en el estado comenzó sin problemas, el paro en municipios como Lázaro Cárdenas afectó a decenas de instituciones educativas.
Este inicio de ciclo escolar pone en evidencia las dificultades que enfrentan miles de niños y adolescentes en el país, donde la violencia y las protestas sindicales continúan siendo un obstáculo para la educación.