Un hombre que estaba a punto de ser ejecutado, se salvó de la muerte debido a que los verdugos no encontraron sus venas para suministrarle la inyección letal.
El preso Alva Campell cumpliría su sentencia el día de hoy a las 10:00 horas en el Centro Correccional del Sur de Ohio, el problema fue que los verdugos buscaron las líneas intravenosas en ambos brazos del reo y en una pierna, sin resultado. Tras 25 minutos de múltiples intentos decidieron suspender la ejecución.
Cambell de 69 años, quien fue condenado a la pena de muerte por haber asesinado a una joven de 18 años en 1997, padece una enfermedad pulmonar obstructiva crónica y sus abogados ya habían advertido que la ejecución podría tener problemas.