Nueve organizaciones transcriminales mexicanas son las que tienen el mayor impacto en Estados Unidos, pero hay una que ha crecido a pasos acelerados y hoy tiene presencia en más estados mexicanos que el Cártel de Sinaloa: El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En el informe de la Agencia Antinarcóticos (DEA) se hace una radiografía de los nueve cárteles y sobresale, en el caso del CJNG, cómo ha ampliado su influencia. Un mapa revela que el cártel tiene presencia desde Orlando, en Florida, hasta Honolulú, en Hawái, y en San Juan, Puerto Rico.
A decir de la DEA, el CJNG “es uno de los cárteles de más rápido crecimiento” y que, junto con el Cártel de Sinaloa, son los más dominantes en México.
Si bien el Cártel de Sinaloa tiene la influencia internacional más amplia, y en México tiene presencia significativa en 15 de 32 estados mexicanos, controlando el tráfico en particular en la Costa del Pacífico y cerca de las fronteras sur y norte del país, el CJNG hoy tiene presencia en 23 de los 32 estados mexicanos.
Esta organización narcotraficante, dedicada a la producción de fentanilo, heroína, metanfetamina y cocaína, se ha expandido principalmente en el centro de México, así como en zonas fronterizas estratégicas con Estados Unidos. También tiene influencia en el Puerto de Manzanillo. En Estados Unidos logra accesar a través de corredores en el norte de México, incluyendo Tijuana, Juárez y Nuevo Laredo.
“La rápida expansión de las actividades de tráfico de drogas del CJNG se caracteriza por la disposición del grupo para involucrarse en enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad mexicanas y cárteles rivales”.
Cártel de Sinaloa en EU
Aun así, en Estados Unidos el cártel con más presencia sigue siendo el Cártel de Sinaloa: de Arizona y Texas a Massachusetts, Nueva York y la propia capital estadounidense, Washington DC.
Además de estos cárteles, los otros siete con impacto en Estados Unidos son: la Organización de los Beltrán Leyva; el Cartel del Noreste y Los Zetas; Guerreros Unidos; el Cártel del Golfo; el de Juárez y la Línea; la Familia Michoacana y Los Rojos.
La mayoría, advirtió la DEA, son organizaciones dedicadas a la producción y distribución de múltiples drogas, “lo que les permite la máxima flexibilidad y resiliencia en sus operaciones”.