Evo Morales no se arrepiente de haber querido gobernar Bolivia por 20 años, hasta 2025, puesto que, asegura, con un cuarto mandato habría completado el ciclo de la transformación política y económica del país.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el expresidente boliviano, quien se encuentra en México en calidad de asilado político, consideró que no fue la protesta social ni los señalamientos de irregularidades electorales lo que originó su renuncia a la presidencia y la salida del país, sino una confabulación para un “golpe de Estado” fincado en el racismo y orquestado por Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Rechazó los señalamientos de fraude electoral y argumentó que su dimisión fue para evitar el derramamiento de sangre y no por cobardía. Resaltó que hasta el pasado domingo no se había registrado ninguna muerte por herida de bala y que tres días después van ya 10 muertos.
Afirmó que está listo para regresar a Bolivia, aun a costa de su seguridad, si la Asamblea no acepta la renuncia. “Es más importante estar con el pueblo y quiero estar con mi pueblo”.
Sostuvo que volvería para organizar nuevas elecciones en las que está dispuesto a no ser candidato, para buscar la pacificación del país, ya que ésta “no va a llegar con bala, sino con diálogo”.
Culpa al gobierno de Estados Unidos de estar detrás del “golpe” que lo sacó de la presidencia y dijo que todas las muertes que se originen por la crisis que desató su salida recaen en la OEA.