El estado de Texas, en Estados Unidos, puso fin a una orden local de usar mascarillas de forma obligatoria y a las restricciones de ocupación de los negocios, medida que algunos han defendido como un “acto de libertad” y que otros han descrito como estupidez.
El levantamiento de las medidas de mitigación del coronavirus en Texas es el más drástico visto en Estados Unidos, junto con acciones similares en Misisipi.
En la práctica, vastos sectores de Texas nunca hicieron cumplir la orden obligatoria de uso de mascarillas ni los límites de ocupación durante el último año.
Importantes minoristas, tiendas de abarrotes y cadenas de restaurantes en Texas dijeron que aún exigirían el uso de mascarillas en sus tiendas, algo que pueden pedir bajo la orden del gobernador Greg Abbott que relaja las restricciones.
No obstante, algunos esperan ver el miércoles disputas entre clientes sin mascarillas y empleados de sus tiendas.
Texas fue uno de los primeros estados que reabrió su economía después de la primera ola de casos de la pandemia en mayo y volvió a liderar al país nuevamente la semana pasada, cuando Abbott anunció la flexibilización de las medidas en medio de una caída de los nuevos casos diarios de covid-19 por el despliegue de vacunas.
Hasta el domingo, 18 por ciento de la población de Estados Unidos había recibido al menos una dosis de una de las vacunas disponibles, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).
Las autoridades de los condados en zonas donde los pacientes de covid ocupen el 15 por ciento o más de las camas de hospital durante siete días consecutivos, pueden promulgar nuevas restricciones de ocupación y órdenes de uso de mascarillas, según la medida de Abbott, pero ninguna región se encuentra actualmente en esa situación.
El consejo de la ciudad de Austin votó a favor de seguir exigiendo mascarillas y desafió a las autoridades estatales a demandar a la ciudad.