Ante un importante incremento en las infecciones, la ciudad de Guangzhou, en el sur de China, confinó un vecindario y le ordenó a sus habitantes permanecer en casa este sábado para que se les apliquen pruebas diagnósticas de covid-19.

Guangzhou, un centro empresarial e industrial con 15 millones de habitantes al norte de Hong Hong, ha reportado 20 nuevos contagios en la última semana.

La cifra es pequeña si se compara con los miles de casos diarios registrados en India, pero es motivo de preocupación para las autoridades chinas, que creían tener la enfermedad bajo control.

La orden del sábado para permanecer en casa es aplicable a los residentes de cinco calles en el distrito Liwan en el centro de la ciudad.

Los mercados al aire libre, las guarderías infantiles y los sitios de entretenimiento estaban cerrados.

Se prohibió comer en restaurantes bajo techo y se ordenó suspender las clases presenciales en las escuelas primarias.

En partes de cuatro distritos cercanos se le ordenó a la gente que limitara sus actividades al aire libre.

Se cree que la mayoría de las últimas infecciones en Guangzhou están vinculadas a una mujer de 75 años que el 21 de mayo se detectó que tenía la variante identificada por primera vez en la India, dicen medios de comunicación estatales.