La Alcaldía de Sao Paulo anunció este jueves que abrirá 13.000 fosas en los cementerios municipales y prohibirá los velatorios de las víctimas de COVID-19 a partir del próximo sábado, entre otras medidas para evitar el colapso del servicio funerario por la pandemia.
“El virus se está extendiendo por la ciudad de Sao Paulo. En todas las regiones, en todos los barrios ya tenemos casos de óbitos confirmados”, alertó el alcalde de la capital paulista, Bruno Covas, en una rueda de prensa.
Sao Paulo, con un población estimada en 12 millones de habitantes, es el epicentro de la pandemia en Brasil al contabilizar 912 fallecidos y 11.225 casos confirmados, según el último balance oficial.
En los últimos días, varias excavadoras hidráulicas trabajan a destajo en el cementerio de Vila Formosa, el mayor de Latinoamérica y donde se calcula que reposan los restos de 1,5 millones, para abrir nuevas tumbas en ese camposanto, según constató Efe.
En Vila Formosa, situado en la zona este de Sao Paulo, se cavarán cerca de 8.000 tumbas hasta el próximo sábado, mientras que en los de Vila Nova Cachoeirinha y Sao Luis se abrirán unos 5.000 lugares nuevos.
La media histórica de sepulturas en la ciudad es de casi 240 diarios en los meses de verano y de 300 durante el invierno, que comenzará en Brasil en junio.
Pero las previsiones es que la pandemia de coronavirus eleve esa cifra hasta los 400 entierros por día.
En este sentido, el Ayuntamiento ya contrató 220 sepultureros para enfrentar la crisis y pretende aumentar la plantilla con otros 200 más para el periodo nocturno, si el número de entierros supera los 400 por día.
Asimismo, prohibió la realización de velatorios para las víctimas de COVID-19 a partir del próximo sábado “en toda la ciudad”.
“Lo peor está por llegar”, advirtió Covas.
Todas estas medidas se enmarcan dentro de un plan de contingencia funerario elaborado por la Alcaldía de Sao Paulo con el objetivo de evitar el colapso del servicio.
En paralelo, los 19 hospitales de la red pública de la capital paulista se acercan a su límite al tener ocupadas una buena parte de sus camas de cuidados intensivos.
En todo el estado de Sao Paulo, el más rico y populoso del país, con unos 46 millones de habitantes, rige una cuarentena “blanda” desde el pasado 24 de marzo y que se prolongará, previsiblemente, hasta el 10 de mayo.
Según el último balance del Gobierno, Brasil registra 3.313 muertes por COVID-19, tras registrarse durante las últimas 24 horas un total de 407 decesos, mientras los casos confirmados llegaron a 49.492, lo que representa un aumento de 3.735 contagios desde la víspera.
El Ministerio de Salud espera que el pico de la pandemia se produzca en mayo y junio.