Poco más de dos meses después de haber sido derrotado en las urnas, por primera vez, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció definitivamente su derrota, y dijo que una nueva administración asumirá el 20 de enero.
Sin hablar por primera vez de fraude electoral, o elección robada. Un Trump calmado salió en un discurso transmitido en Twitter, que marcó su regreso a la red social de la que fue suspendido por 12 horas por “incitar a la violencia”, condenó la irrupción en el Capitolio y dijo que Estados Unidos “es y siempre debe ser una nación de ley y orden”.
“Los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han ensuciado la democracia estadounidense. A quienes se involucraron en los actos de violencia y destrucción, no representan a nuestro país y a quienes rompieron la ley, pagarán”, advirtió.
Reconoció que no le quedan opciones, porque recurrió a todas las vías legales posibles para desafiar los resultados electorales.
“Ahora, el Congreso certificó los resultados. Una nueva administración tomará posesión el 20 de enero. A partir de ahora me enfocaré en garantizar una transición suave, ordenada y sin interrupciones del poder”, manifestó.
Acto seguido, afirmó que “este momento exige sanar y reconciliarnos”.
Habló de los desafíos por delante. De la pandemia de coronavirus que “ha cobrado incontables vidas” y dañado la economía.
“Derrotar esta pandemia y reconstruir la economía más grandiosa en la Tierra requerirá que todos nosotros trabajemos juntos”. Explicó que es momento de “revitalizar los lazos sagrados del amor y lealtad que nos unen como una familia nacional”.
Y a su manera, se despidió, por primera vez, sabiendo que en dos semanas dejará el cargo. “A los ciudadanos de nuestro país, servir como su presidente ha sido el honor de mi vida y a todos mis maravillosos partidarios, sé que están decepcionados, pero también quiero que sepan que nuestro increíble viaje apenas está empezando”.