Fue en Twitter cuando el entonces presidente Enrique Peña Nieto informó a los mexicanos en enero del 2016: “Misión cumplida: lo tenemos”, refiriéndose al líder del “cártel de Sinaloa” Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Un año después de su detención El Chapo fue extraditado a los Estados Unidos en enero del 2017, justo un día antes de la toma de protesta de Donald Trump. Nada accidental. Como si Barak Obama se hubiera asegurado de que Trump no “se pusiera una estrellita” sobre la frente con la entrega del “criminal más buscado del mundo” y darle así la oportunidad de ofender aún más a los mexicanos.
El proceso judicial contra el “jefe de jefes” comenzó en los EEUU en noviembre pasado y aún no termina. En el juzgado de Brooklyn en la ciudad de Nueva York, el criminal ha sido ya hallado culpable de tráfico internacional de drogas, secuestros y asesinatos. Se espera que el narcotraficante reciba cadena perpetua.
No fue Kate. Ni Sean. Fue Holanda
Muy poco, o nada, dijo Peña Nieto sobre el operativo que llevó a la detención del criminal. Luego el gobierno federal utilizó el caso de la actriz Kate del Castillo para sostener que el contacto de la actriz con el capo llevó a su captura. Ahora sabemos que no es cierto.
El martes pasado el diario neerlandés De Volkskrant (El Diario del Pueblo), un periódico de línea crítica e investigativa publicado en Amsterdam, dio a conocer que la policía neerlandesa espió al El Chapo durante más de un año. La policía hackeo el sistema de llamadas de Guzmán Loera, y recabó mucha de la información que ahora es presentada en contra El Chapo en el juicio en Nueva York. La noticia curiosamente aún no sale en México.
Por medio de una operación “undercover” el Buró de Investigación Federal (FBI) de los EEUU se puso en 2010 en contacto con Christian Rodríguez, un colombiano especialista en tecnologías digitales. Rodríguez había anteriormente sido contratado por el cartel de Sinaloa para desarrollar un sistema de seguridad para las llamadas de El Chapo. El Chapo, como muchos otros criminales, hacía uso de una BlackBerry porque cuenta con un sistema de encriptación y un servidor propio que se creían inviolables.
Hackeando al cártel de Sinaloa
Rodríguez aceptó colaborar con el FBI para espiar a El Chapo, y realizó una “actualización” del software del sistema que había desarrollado para el cártel de Sinaloa. Así Rodriguez pudo robar las llaves de la encriptación del teléfono de El Chapo.
Entre 2011 y 2012, por más de año y medio, todas las llamadas que hizo Guzmán Loera con su BlackBerry fueron interceptadas. Se registraron más de 200 llamadas del “jefe de jefes”. Las llamadas eran monitoreadas casi en tiempo real; el FBI tenía acceso a las conversaciones un día después de haberse realizado. Es decir, mientras la actriz Kate del Castillo escribió su infame tweet en enero del 2012, el Chapo estaba siendo ya espiado por el FBI.
El espionaje de la BlackBerry de El Chapo no fue realizado por el gobierno de los EEUU, sino por los Países Bajos. El FBI tenía el objetivo de instalar un servidor donde se guardaran todas las conversaciones del narcotraficante, y no lo quería hacer en los EEUU a fin de no despertar sospechas y correr el riesgo de que el operativo saliera a la luz pública. El FBI primero colaboró con Canadá, pero el país tiene una fuerte legislación para la protección de la privacidad que hacíia ilegal el hackeo y espionaje de comunicaciones personales. Entonces, el FBI pensó en los Países Bajos.
En los Países Bajos la legislación sobre la privacidad y los derechos de los ciudadanos sobre sus comunicaciones personales es cada vez más laxa, y protege menos los derechos individuales. Se espía a los ciudadanos con cada vez más facilidad, y bajo nueva legislación la policía puede espiar incluso sin orden judicial. Además, las autoridades holandesas han estado siempre muy “interesadas” en colaborar con los EEUU en temas de espionaje.
El Chapo: “no persigas a policías; ellos ayudan”
El rol de la policía holandesa fue crucial para la aprehensión del líder del cártel de Sinaloa. La unidad policial de élite Team High Tech Crime (THTC) aceptó colaborar con el FBI y a su vez contrató a una empresa privada para que desarrollara un servidor donde se guardaran los datos. La compañía Leaseweb con sede en Haarlem celebró un contrato con THTC, y recibió los códigos para descifrar las llamadas y así poder archivarlas en bruto.
Ya con las claves en mano, la operación fue muy fácil. En las conversaciones se escuchan los secretos más íntimos de El Chapo, y sobre el manejo del cartel de Sinaloa. Habla sobre su estilo de vida, las negociaciones con policías mexicanos, y también discute el precio de un kilo de cocaína con miembros la FARC. También llamaba con regularidad a su guardaespaldas, Cholo Iván, quien hacía trabajo sucio para El Chapo. Al parecer, el Cholo era de mecha corta y muy sangriento: el “jefe de jefes” intentaba seguido hacerlo entrar en razón:
Al escuchar las primeras llamadas, el FBI pronto se percató de que se trataba en realidad de la voz de Guzmán Loera, al compararlas con grabaciones anteriores que tenía en su poder. Finalmente, el FBI escuchaba a El Chapo luego de 5 años de no oír nada de él. Pero la policía holandesa no sabía que estaba espiando al El Chapo; THTC conocía sólo parte de los detalles de la operación. La empresa privada Leaseweb tampoco tenía conocimiento de que estaba grabando las conversaciones y mensajes del jefe del cártel de Sinaloa.
¿Quién usa a quién? El reino de los espías
Fue hasta el final de la operación cuando la policía holandesa se enteró de que estaba entregándole al FBI las comunicaciones del narcotraficante más buscado del mundo. En enero del 2013, dos agentes del FBI fueron a Rotterdam para agradecer y felicitar personalmente al director de la operación Wilbert Paulissen, y al director de THTC Kim Takkenberg. Los agentes del FBI recalcaron cuán importante fue la participación de la policía neerlandesa para capturar al Chapo.
La cooperación entre los Estados Unidos y los Países Bajos para espionaje se ha profundizado durante los últimos años. Desde el 2010 hay en el FBI una “cyber liason” (ciber vínculo) con la policía holandesa, en particular con la unidad THCT. De momento hay 125 peticiones del FBI al gobierno neerlandés para hackear servidores, espiar personas y robar hasta su historial en WhatsApp.
El espionaje digital es real, como se vio también en su momento con el software Pegasus en México. El caso del espionaje de El Chapo demuestra la creciente relevancia de la investigación digital para la captura de criminales, pero también el rol del Reino de los Países Bajos en el espionaje digital a nivel global.
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