Rancho Blanco, es una comunidad ejidal perteneciente al municipio de Santana Xilotzingo, situado al sur oeste del municipio de Atizapán de Zaragoza; sus habitantes en 1999 eran de 534 almas vivientes, la mayoría de sus habitantes llegaron del Poblado de Espíritu Santo y fueron dotadas de tierras en 1937 y tiene entre sus tierras el Volcán de Chiluca cuya edad estimada es de unos 3 millones de años.
Sus primeros habitantes fueron originarios de este pequeño pueblo ó rancho que tal parece fueron unas 10 hectáreas, sus casas originalmente la de la gente mas pobre fueron de tepetate y adobe con láminas de Cartón, y algunas las otras, la de los ricos o con un poco mas de posibilidades económicas, las hacían con losa tipo valenciana. Tenían grandes patios, terreno suficiente para el cultivo y crianza de ganado menor, el agua se obtenía de los pozos en tierra, el piso de sus casas de tierra, se alumbraban con velas y lámparas de petróleo.
Esta pequeña población estaba llena de árboles propios de la región y su camino, el mas corto, de herradura que fue el antiguo camino a Jiquipilco proveniente uno de Calacoaya y otro de Atizapán uniéndose a la altura de las “borregueras” 100 metros arriba de la actual caseta de Atizapán, de la autopista Chamapa Lechería.
En 1940 aproximadamente vivía una familia recién llegada a la repartición de las tierras comunales, vivían los hijos, la mamá y Don José era el papá de ésta humilde familia. Ahí se tenían las ventanas hechas de pura madera y que se podían abrir fácilmente. Para entonces, uno de los hijos de este matrimonio, amaneció totalmente sin sangre, según dicen se lo “chupó la Bruja”.
Tiempo después de éste suceso, se oían pasos como de un animal, en ocasiones en la azotea, otra veces cuando no estaban los papas, eran debajo de la cama. Don José ante el temor de que le volviera a “chupar la sangre la bruja”, se hizo de una escopeta, de esas que se hacían con un tubo, se le metía pólvora,“Tacos” que no era otra cosa que hilo de ixtle sacados de los magueyes, luego municiones y finalmente otro “taco”, ésta escopeta tenía como culata un pedazo de madera amarrado con alambres y clavos, se prendía con una mecha y salían los proyectiles.
Don José siempre tenía su escopeta preparada colgada, detrás de la puerta, pero fue una noche que su hijo le grito a su papá: “papa hay un animal negro viendo por la ventana” al momento que el menor quedara como hipnotizado, don José con la vela en mano apenas alcanzó a distinguir un animal como pájaro, de color negro, sus ojos eran brillosos, el cual se le quedó viendo fijamente a don Pepe, tal pareciera que lo quería hipnotizar; sacando fuerza de la nada, don José disparó hacia la ventana, tras de ello solo se oyeron solo se oyeron chillidos como de un animal herido y en ese momento el hijo recobró la conciencia al ver a ese figura siniestra por la ventana.,
Tras de ello salieron los papas y vieron tras la oscuridad de la noche, rastros de sangre que estaban cerca de la ventana, se veían huellas de cómo alguien se alejara de la ventana y de la casa, dejando rastros de sanguinolentos, temerosos los padres vieron con la tenue luz que llevaban, un pájaro desangrándose con chillidos que fueron apagándose lentamente, lo dejaron y se fueron a dormir. Al día siguiente fueron a ver al pájaro y ya no había nada, solo rastros de sangre. Más tarde fueron a avisarles que una vecina de ellos a la que conocían como Doña “Mary”, había muerto de varios impacto en el cuerpo, pero no sabía quién la había matado. Ante el temor Don José y su esposa no dijeron nada, pues pensaron a que nadie les creyera y fueran linchados o llevados a la cárcel y solo ellos supieron que era una bruja.
En el funeral de la señora “Mary” mientras era enterrada, sin viento, y con un ambiente tranquilo, empezó a hacerse un remolino de entre las tumbas. Luego se oyó un grito fuerte que puso la piel “chinita” a los asistentes, para luego quedar en completo en silencio. Desde entonces dejaron de verse sucesos sobrenaturales.
Fuente : Facebook, René Rodriguez Vasquez
