El caso dio lugar a la mayor llamada a revisión de productos de la historia del sector automotriz, con 100 millones de bolsas de aire suministradas a todos los grandes fabricantes de vehículos, incluidos Honda, Toyota, Nissan, BMW, Ford y General Motors.
Takata, además, anunció su adquisición por parte Key Safety Systems (KSS), fabricante de autopartes con sede en Michigan, Estados Unidos, propiedad de la firma china Ningbo Joyson Electronic, por 1,600 millones de dólares.
La firma nipona se enfrenta a numerosos juicios con reclamaciones millonarias y también padece decenas de miles de millones de dólares en costos y pasivos tras años de llamados a revisión y demandas.