La historia del “Caníbal de la Guerrero”

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Su odio hacia las mujeres lo llevó a asesinarlas

uando los policías entraron a la casa, había un sartén en la estufa, pequeños pedazos de un antebrazo recién cocidos y un limón partido por la mitad.

La historia parece sacada de la ficción, pero pasó en realidad.

Es 8 octubre de 2007 y acaban de detener en la colonia Guerrero a José Luis Clava Zepeda. La mayoría de los vecinos saben que es poeta y dramaturgo, pero en realidad se trata de un homicida caníbal.

El torso de su esposa Alejandra Galeana de 32 años yace en un ropero, y las otras partes de su cuerpo están guardadas en el refri, como cualquier otro alimento que necesite refrigerarse.

Lamentablemente no es la primer víctima de José. Por lo menos otras dos mujeres, una exnovia y una sexoservidora tuvieron la misma suerte.

A la exnovia la encerró desnuda en un automóvil para que no pudiera escapar, la llevó a un basureo y la descuartizó. La sexoservidora tuvo un final similar.

José tenía serios problemas con las mujeres. Su entorno de niño dirigía a su madre como una figura dura. Los especialistas decían que tenía un perfil psicópata y más allá de eso, una constante alusión a la maternidad frustrada. Dicho de otro modo, los especialistas intuyen que quería ser mamá, por eso odiaba a las mujeres.

Se sabe que tuvo parejas homosexuales porque uno de ellos declaró que lo ayudó a descuatizar a una exnovia. Nunca se supo con exactitud cuántas mujeres mató, sólo se le acusó de tres homicidios y canibalismo.

El antropófago duró casi tres meses con vida después de su detención. El 11 de diciembre de 2007 lo encontraron muerto en su celda. Aunque todos hicieron creer que se había suicidado -como lo decía en su libro “Instintos Caníbales-, la verdad es que lo mataron.

Cuando sus familiares hicieron el reconocimiento del cuerpo notaron signos de tortura y violación. Sus compañeros usaron un palo para violarlo y lastimarle los genitales. Curiosamente, el cinturón que tenía en el cuello, con el que presuntamente se quitó la vida, no era el suyo.

Nadie supo de quién era el cinturón. En el velorio de José, “El Caníbal Poeta” o “Caníbal de la Guerrero” el familiar de una víctima intentó abrir el ataúd, pero no se los permitieron.

La historia de José trasendió fronteras e incluso se le conoce como el primer caníbal mexicano, y uno de los más terroríficos asesinos en serie del mundo.

Fuente : Letra Roja

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