La mujer fantasma de Madín en Atizapán

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Entre 1973 y 1974 inició la construcción de la carretera que une Madín con Chiluca y Sayaavedra; este camino ocupó el viejo camino a Jiquipilco el cual usaron, por muchos años, como vereda los habitantes del valle de México.

En la actualidad, esta avenida llamada Doctor Jorge Jiménez Cantú, es un camino sinuoso donde se registran infinidad de accidentes automovilísticos, volcaduras, atropellamientos; casi todos de consecuencias fatales. Al respecto no hay explicación satisfactoria, pero muchos se lo atribuyen al fantasma de una mujer de blanco que ronda por esos lugares. Según testigos, es una mujer de ropas blancas y rasgadas; de pelo largo y negro, piel blanca, y que según la leyenda, camina flotando sin tocar el suelo por esos lares. No se le ve la cara a esta mujer que se aparece misteriosamente en medio de la nada del camino, o entre veredas, distrayendo a los conductores o transeúntes.

El fantasma de la mujer de blanco aparece y desaparece a cualquier hora y solo es visto por quien sufre el accidente, quienes pocas veces salen vivos. Se dice que en los lugares donde suceden muertes trágicas, se conserva la energía de las personas que fallecieron, y algunas quedan tan impregnadas, que permanecen vagando por tiempo indefinido, repitiendo su mortal desenlace una y otra vez.

Aunque nadie sabe desde cuando se aparece esta mujer, la tradición oral dice que cuando se construyó la Presa Madín, había una jovencita de 20 años de edad, oriunda del viejo Pueblo de Madín, que le vendía comida, refrescos y agua a los trabajadores que, entre1974 y 1975, construían la cortina de la Presa de Madín.
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En cierta ocasión, los trabajadores de la presa esperaron a la joven en un lugar del camino que iba hacia el viejo pueblo de Madín; entre los arbustos esperaron pacientemente a que pasara la jovencita, la cual fue atacada por dos de los albañiles quienes la golpearon y violaron. Como ella amenazó con denunciarlos, los trabajadores optaron por matarla, y la metieron en una bolsa que aparentaba tener tierra y la arrojaron entre las partes bajas de lo que sería después la presa.

Los padres de la dama, alarmados por no saber de su hija, preguntaron al ingeniero y trabajadores de la obra, pero nadie les dio razón; pensaron que se había ido con el novio, y nunca la encontraron. Una vez que se terminó la presa, en 1975, aparecieron las ropas de la joven rasgadas y regadas entre los arbustos del lugar donde fue atacada y muerta, pero nunca apareció el cuerpo sin vida. Misteriosamente, uno de los albañiles que la habían atacado apareció muerto en ese lugar: tenía un pedazo de la falda de la mujer enredado en el cuello y rasguños en la cara; se dice que el otro atacante huyó hacia un natal Veracruz, por miedo de que le pasara lo mismo. Unos días antes de la inauguración de la Presa Madín, en 1975, apareció el cuerpo del otro atacante, con las mismas características de muerte que el primero: un pedazo de la falda en el cuello, como si se hubiera ahorcado, así como rasguños en la cara; nunca se supo cómo llegó allí, pues se suponía que estaba en el estado de Veracruz.

Tiempo después se pavimentó la avenida Doctor Jorge Jiménez Cantú, y a la par empezaron a registrarse muertes por accidentes de tránsito; siempre con la presencia de la misteriosa dama, que se dice, busca venganza de lo que le sucedió.

Relato anónimo

Fuente : Facebook, René Rodriguez Vasquez

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