El fenómeno de la trata de personas, es un problema de índole social, que se manifiesta a través de matrimonios arreglados, explotación sexual y laboral, extracción de órganos o pornografía infantil. Hoy, es considerada como el modo de esclavitud moderna y una forma extrema de violencia.
En México, el 93% de las víctimas son mujeres, y de estas, el 26% son menores de edad, lo que se traduce en una vulneración de derechos altamente feminizada y una forma de violencia con base en nuestro género.
Si bien, es una gran problemática a nivel mundial, en nuestro país se tienen registros de casos de niñas y niños víctimas de trata con fines de mendicidad, provenientes de los estados de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Veracruz; venta de niños, niñas y adolescentes indígenas, para la explotación sexual y el trabajo doméstico de Guerrero; explotación sexual comercial infantil en la Ciudad de México, Tijuana, Acapulco, Cancún y Guadalajara; Tlaxcala, considerada como una de las entidades con los más altos índices del delito de trata a nivel nacional e internacional; en algunos estados del norte del país y en áreas suburbanas de alta marginación de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, reclutamiento de menores de edad para ser usados como “halcones”, “mulas”, sicarios o secuestradores, esto es un reflejo de la magnitud del problema a nivel nacional.
Desgraciadamente, de acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, un gran número de víctimas mexicanas identificadas en el extranjero, proceden, entre otras entidades, mayoritariamente de nuestro Estado de México.
Aún hay mucho camino por recorrer para erradicar este problema, porque adicional a los múltiples factores que la causan, el uso más frecuente de las nuevas tecnologías de la información y comunicación por parte de los menores, ha adquirido una gran relevancia para la captación de víctimas por parte del crimen organizado, se estima que el Internet está presente en 1 de cada 5 casos, lo que nos obliga a seguir fortaleciendo la cultura de orientación a las y los menores de edad en el uso de las redes sociales y el internet, al estar expuestos a potenciales riesgos, pues con facilidad, pueden ser contactados por adultos que se hacen pasar por otro menor, que oculta sus verdaderas intenciones detrás de un dispositivo electrónico.
Por ello, debemos estar conscientes que la lucha contra la trata, no solo es de las autoridades, todos podemos contribuir, porque todos estamos expuestos. Es posible que exista un mañana sin trata, pero eso sólo ocurrirá cuando todos como humanidad nos solidaricemos con quienes no pueden levantar la voz, cuando seamos personas socialmente responsables, que denunciemos y vayamos desmembrando las células delincuenciales que nos lastiman como sociedad y hacen tanto daño al mundo.
¡Denunciemos! ¡Actuemos ya! Línea “sin trata en el Estado de México”: 800 832 47 45
