“En una ocasión nos llamaron para atender un caso en el que habían muerto varias personas y nunca se me olvidará cómo encontramos el lugar. Al ver las marcas que quedaban se podían observar muchos signos de defensa, signos de dolor”.

“Tuvimos que reorganizar el plan de trabajo que llevábamos para hacerlo en 10 horas, la carga emocional estaba muy alta, también con los clientes. Fue una situación que nos exigió tanto física como psicológicamente, y fue uno de los casos que nos marcó más, me quedó muy gravado lo que representa el ataque de un ser humano hacia otra persona”.

Limpiar una escena del crimen es limpiar todo aquello que deja huella después de un hecho violento, ya sea un suicidio o un homicidio.

Donovan Tavera es el primer limpiador forense del país, cuando los criminalistas y criminólogos cierran un caso es él quien se encarga de limpiar los rastros del acontecimiento violento.

La empresa Limpieza Forense inició en el año 2000, pero Donovan Tavera inició su capacitación autodidacta desde que tenía 12 años, cuando le surgió una duda al ver por primera vez un cadáver.

Al ver el cuerpo, la duda que le surgió a Donovan, más allá de la causa de la muerte de la persona fue cómo quitarían la sangre que rodeaba al cuerpo y que se había penetrado en el piso de la calle.

A partir de esta duda, el joven Tavera se metió de lleno en la literatura especializada hasta que vio la oportunidad de crear un negocio y se convirtió en la primera persona en ofrecer este servicio de manera profesional, tan necesario en un país cada vez más violento.

Comenta que nunca tuvo inconvenientes con su familia por su interés en esta actividad, aunque no era común que un joven de su corta edad se interesara por un tema tan peculiar.

No hay una escuela o instituto que enseñe esta actividad, así que toda su formación fue autodidacta, él creó sus procesos y más de 300 fórmulas de limpieza que con el tiempo fue modificando y mejorando.

El tiempo le ha enseñado que para realizar sus actividades se necesita una personalidad con características específicas, ya que además de la limpieza también se involucran muchas emociones por parte de los clientes.

Señala que es muy importante distinguir entre una limpieza forense y una limpieza industrial o una limpieza doméstica, ya que todas siguen procesos completamente diferentes, cumplen con necesidades específicas y tienen riesgos incomparables.

“Una persona podría pensar que cualquiera puede hacer una limpieza forense, sin tomar en cuenta ciertas características, como que una limpieza necesita planearse de acuerdo a cada caso particular, procesos y aplicación”.

Ser la única empresa que brinda el servicio no es garantía de contar con un número muy grande de casos para atender, Donovan señala que “El número de llamadas sí es muy elevado pero después no se capitalizan, en ocasiones se debe a la falta de recursos, ya que llevar los gastos de todo lo que implica la muerte de una persona son muy elevados”.

El mayor reto para Tavera en esta profesión ha sido la paciencia. “El trabajo no se me hace pesado, para mí lo más difícil es cuando no hay trabajo y por eso hay que ser paciente, saber esperar a que salga el próximo. Hay temporadas largas en las que me quedo en espera”.

Además, otro punto muy importante es el trato con los clientes. “No es fácil, casi en la totalidad de los casos encuentro a los clientes con un gran dolor, cargando con su duelo. Así que tratar con una persona en esos momentos no es nada fácil, requiere tener cierto trato, saber cómo hablar, cómo tratar ese tipo de temas y saber escuchar.

Sobre los riesgos que implica su profesión indica que “Los riesgos siempre están presentes, existe la posibilidad de contraer una infección por un virus o una bacteria, a través de la sangre”. El traje especial es la primera defensa para realizar el trabajo con protección, pero es muy importante siempre tener información de cada caso, de acuerdo a ello se plantea el equipo necesario para realizar el trabajo.

La curiosidad y la enseñanza autodidacta llevaron a Donovan Tavera a crear una empresa especializada en la limpieza forense. Pero no sólo eso, ya que de cierta manera su profesión brinda una especie de “consuelo” a las personas que sufren la muerte de alguien y cierran el ciclo después de la limpieza, aunque el dolor nunca se vaya.