Con más de 200 mil nuevos casos diagnosticados cada año en el mundo, la lepra es una enfermedad que no termina por desaparecer e incluso es considerada como la enfermedad de la pobreza por ser común en zonas con sistemas de salud poco desarrollados. Datos de la Secretaría de Salud señalan que la lepra afecta sobre todo a personas mayores de 15 años y se manifiesta en la edad productiva, con predominio en hombres; su periodo de incubación promedio es de cinco años.
En 1990 el país registró casi 17 mil enfermos, para el año 2000 se cuantificaron mil 685 (Sinaloa y Colima fueron los estados de mayor prevalencia) y en 2014 se contabilizaron 702, siendo Sinaloa, Jalisco y Guerrero las entidades que arrojaron una mayor incidencia.
En el marco del Día Mundial del combate a la Lepra, esta enfermedad mantiene su presencia en 115 países y en 16 de estas naciones, se encuentran más del 90 por ciento de los nuevos casos que anualmente aparecen.
No obstante, nuestro país, es uno de los países que ha logrado controlar (más no erradicar) esta enfermedad, cuya causante primaria es la bacteria de multiplicación lenta, Mycobacterium leprae.
El Consejo Mexicano de Dermatología advierte que sólo los casos que no son atendidos de manera adecuada presentan secuelas irreversibles por daño neural, como son la anestesia, atrofia y parálisis muscular, que si ocurre en manos o pies deriva en discapacidad física.
Gladys Guadalupe León Dorantes, presidenta del Consejo Mexicano de Dermatología, informó aLetra Roja que la lepra es una de las enfermedades con menor reputación porque ataca la apariencia por las características deformantes de sus manifestaciones cutáneas.
La también academica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, señala que la piel es su principal sitio de ingreso, reproducción y expresión.
Describe esta enfermedad como una infección crónica causada por Mycobacterium leprae, bacteria que afecta principalmente la piel y los nervios periféricos. Sus signos esenciales son manchas o placas hipopigmentadas, eritematosas o infiltradas, así como nódulos. La localización de las lesiones es más frecuente en la cara, tronco y extremidades.
No obstante refiere que esta enfermedad tiene un estigma “histórico, incluso bíblico” ya que el término lepra se refirió también a otros padecimientos cutáneos con los que se le confundía, como el vitiligo o la psoriasis, que además se relacionaban con impureza, por lo que los afectados eran segregados y, con frecuencia, recluidos en leprosarios. Entonces se desencadenaron muchos mitos acerca de los leprosos”, dijo.
Hoy día, la especialista detalla que esta enfermedad es curable, difícilmente contagiosa, que para adquirirla requiere la convivencia estrecha y prolongada con el paciente; esto sucedería principalmente entre familiares y con predisposición genética.
Para León Dorantes los principales retos en la materia es el diagnóstico oportuno y certero, así como revertir la falta de adherencia al tratamiento, pues los pacientes lo abandonan o lo toman incompleto (dura aproximadamente dos años en los casos lepromatosos), aunque es proporcionado de manera gratuita por la Secretaría de Salud.
También identifica que ante la falta de un diagnóstico, se debe instruir a los médicos generales para que refieran a los pacientes de forma oportuna, pues existe el riesgo de un rebrote porque no es un padecimiento erradicado. El dermatólogo es el más capacitado para dictaminarlo y tratarlo.
En 1954, Raoul Foullereau, periodista y filántropo, tras visitar un leprosorio en Costa de Marfil, se percató de la situación de quienes padecían esa enfermedad; entonces encabezó una jornada para la movilización universal en favor de los afectados y alejar la imagen estigmatizada que se tenía. Así, este día tiene la finalidad de crear conciencia al respecto.
La Estrategia Global de la OMS para eliminar la carga de la enfermedad atribuible a la lepra 2011-2015, tiene sus ejes en la equidad, la justicia social y los derechos humanos de los afectados.
Esta iniciativa está respaldada por los Programas Nacionales de Lepra, por el Grupo Técnico Asesor de la OMS en Lepra, por laboratorios e industria farmacéutica, por expertos de organizaciones internacionales no gubernamentales, así como por personas que la padecen.