La venganza por propia mano ha tomado ya seis vidas en lo que va del año, mientras que alrededor de 48 presuntos delincuentes han librado la muerte por intervenciones de la policía.
Ante el hartazgo de la gente por la falta de autoridad, el fenómeno del linchamiento es cada día más común y se ha vuelto una manera de defenderse ante el inminente clima de inseguridad que se vive en tierras mexiquenses.
En 2015 se contabilizaron 62 linchamientos en todo el país, siendo el Estado de México la entidad donde se presentaron mayor número de casos junto con Oaxaca y Puebla.
De acuerdo a la investigación de los profesores de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Raúl Rodríguez Guillén y Norma Ilse Veloz Ávila, durante el periodo 1988-2014 se cometieron 366 linchamientos, encabezando la lista el Estado de México, seguido por la Ciudad de México, Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, estados donde se concentran el 80 por ciento del total de los linchamientos del país.
Un estudio realizado por la Universidad de las Américas mostró a México en el segundo lugar entre 59 países con los mayores niveles de impunidad, sólo superado por Filipinas y por arriba de Turquía, Colombia y Rusia. ‘El problema de la impunidad en México es funcional y estructural; no nació en esta administración, pero se necesita tomar medidas urgentes para reducir los altos niveles que observamos”, cita uno de los autores de la investigación el ex canciller Luis Ernesto Derbez.
Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) rechaza toda forma de violencia al margen de la ley y solicita a las autoridades competentes locales y estatales investigar y sancionar conforme al ordenamiento normativo aplicable los actos de linchamiento o de justicia por propia mano, argumentando que las conductas de una sociedad no tienen justificación cuando se falta al acatamiento de la ley y se recurre a vías indebidas para aplicar justicia; Sin embargo, la ira del pueblo se refleja en linchamientos exigiendo una revancha personal, misma que se expande rápidamente en el país por la falta de justicia.
