Y aunque seguramente para “los expertos” era algo muy importante, la malvada, perversa y casi diablo PGR quitó el huesito de pollito del expediente.
Nadie sabe por qué lo hicieron, pero todo apunta a que son patadas de ahogado. Vendieron la idea chabacana de que faltaban evidencias. Alguien -que seguramente pertenece a la mafia del poder-, decidió esconder una pieza (de pollo) clave en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La “evidencia” era muy clara y las autoridades decidieron eliminarla porque quedarían en ridículo.
El GIEI, un grupo de expertos, especialistas de todo y de nada, decidieron que ese hueso era fundamental para su investigación.
Y así lo dijeron, la PGR omitió incluir pruebas en el expediente del caso y que otras evidencias las sembró.
De inmediato se dio la repuesta de las autoridades, la pieza (de pollo) clave que tanto reclamaban era un hueso.
El GIEI cayó en la trampa del ridículo total, resulta que “el hueso” que tanto reclamaban no era de humano, sí como lo leen, no era de humano, tampoco de marciano, se traba del hueso de un ave.
Y aunque seguramente para “los expertos” era algo muy importante, la malvada, perversa y casi diablo PGR quitó el huesito de pollito del expediente.
Ahora la investigación estará en riesgo, ese hueso de pollo era fundamental para entender qué pasó en Iguala, lo mismo que los residuos del material usado por los peritos para realizar su trabajo como guantes de látex, que también pidieron que se agregaran.
Al final del día, el GIEI ya no estará en México, se quedó sin hueso… de pollo.