Encerrados y sin apoyo por parte del Estado, viven los niños que nacen en algún centro de readaptación social del país, ya que al carecer de una ley que regule la “felicidad” de estos infantes, tienen que cumplir a lado de sus padres que son sentenciados seis años con ellos, al enfrentar de manera inocente problemas de drogadicción, alcoholismo, enfrentamientos, entre otro tipo de problemas que se viven cotidianamente en las cárceles del país.
Al ser una población inexistente para las autoridades, la realidad que enfrentan estos niños es que carecen de derechos y se convierten en una población altamente vulnerable, debido a que no se ha dotado a las prisiones de los recursos específicos para que estos infantes puedan estar en condiciones dignas y se les haga efectivos, entre otros, derechos a la salud, alimentación, educación, recreación y convivencia en un ambiente sano e higiénico.
En México, poco menos de 400 niños viven en la cárcel con sus mamás, informó Saskia Niño de Rivera, fundadora de la asociación civil Reinsertano.
De acuerdo a lo que estipula la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los menores no pueden ser separados de sus madres hasta que cumplan seis años de edad. En este lapso de tiempo, los infantes que viven atrás de los barrotes, son mantenidos por medios de donaciones en especie y económicas que brindan asociaciones civiles, quienes apoyan a estos infantes con comida, ropa, entre otros, con el propósito que enfrenten su “inocente” condena lo más estable que se pueda.
NIÑOS CARCELARIOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO
En la capital del país hay un penal específico para población de mujeres, ubicado en la delegación Iztapalapa, conocido como el penal de Santa Martha Acatitla, en donde existen alrededor de 12 mil féminas que cumplen algún tipo de condena, de las cuales 120 son mamás y viven con sus hijos, hasta que cumplan los seis años de edad.
De acuerdo con el sistema penal, en este centro de readaptación social de 2008 a 2010, el número de infantes en Santa Martha Acatitla aumentó en 61.2 por ciento, a pasar de 60 a 98 el número de niños que viven en el lugar. En cinco años, la cifra de menores de edad encarcelados incremento en 81 por ciento.
Al igual que se aplican las normas en todo el país, estos niño carcelarios que habitan en este penal local, tienen el derecho de permanecer con sus madres hasta que cumplan seis años de edad.
LO QUE ESTIPULA LA CONVENCIÓN INTERNACIONAL
“México es parte de la convención internacional que defiende los Derechos de los Niños y las Niñas en los que se reconoce el derecho fundamental, que privilegia el interés superior del niño, lo que significa que por encima de cualquier regulación, el menor no puede, ni debe estar condicionado para la total libertad de sus derechos”, estipula el lineamiento
Sin embrago, en la realidad estos infantes no cuentan con este tipo de derecho, debido que durante estos seis años enfrenta problemas de estar encerrados tras barrotes, sin ser culpable de algún delito, drogas, corrupción, violaciones y poca o nula convivencia con niños de su edad.
Bajo la premisa de que los niños no tienen alguna pena que cumplir en los reclusorios, el Estado no aporta recursos económicos para su atención. Sin embargo se establece en esta convención que “nadie quiere ver a los niños en la cárcel, pero estar lejos de su madre tampoco es lo mejor”.
LA VIDA DIARIA
Todos los días, estos infantes deben de estar en todo momento con sus madres, desde las celdas de castigo, hasta las visitas conyugales. Un escaso número de niños carcelarios, tienen la oportunidad de salir de la cárcel los fines de semana, a través de familiares cercanos, que tienen el derecho a convivir con ellos. Sin embargo, tienen que ser regresados con sus madres a más tardar el domingo por la tarde.
Es así como lo niños que viven en las cárceles tienen que enfrentar una condena de manera inocente, por lo que carecen de celebridades como el Día de Niños, Reyes Magos, Año Nuevo, entre otras festividades.
Grupos de la asociación civil han exigido a la SCJN regular la situación de estos infantes. Sin embargo, hasta la fecha no hay un posicionamiento por parte de los servidores públicos que pueda beneficiar a través de una partida presupuestal para las cárceles la instancia e estos infantes.