Luego de revelarse los lujos que rodean la vida de Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, quien gasta mucho en viajes al extranjero, tiene diversas propiedades y gasta un millón de dólares en colegiaturas, éste se defendió argumentando que este gasto educativo no es para nada un lujo.
“Es una oportunidad que me dieron mis padres y yo se la quiero dar a mis hijos”, expresó, aunque la gente se sigue preguntando cómo puede costear estos gastos con lo que dice ganar. Ahora la gente ya empieza a verlo como un lobo con piel de oveja.
Este escandalo ha venido a desacreditar la imagen de quien ha hecho una carrera política que afirma sustentarse en la honestidad.
“Aquí lo que verdaderamente importa son los hechos y no las palabras: en los primeros cien días a partir de que yo reciba mi constancia voy integrar un órgano verdaderamente autónomo e independiente para investigar con objetividad, pero sobre todo para sancionar con severidad a quien cometa un acto de corrupción dentro de Acción Nacional”, continuó.
Anaya inició su carrera política en Querétaro como secretario particular del ex gobernador Francisco Garrido, gobierno que se vio involucrado en casos de corrupción y obras inconclusas.
La ex diputada de su mismo partido María Concepción Ramírez ha acusado a Anaya del robo de veinte millones de pesos por medio de su grupo parlamentario.