LOS NIÑOS QUE LLORAN AL QUEDARSE EN LA ESCUELA… Mamá, papá ¡marquemos la diferencia

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Imagina que eres pequeño, todo lo que conoces es tu familia, en especial, tu mamá, tu papá son los seres que te brindan seguridad, de repente, te dejan en un lugar desconocido con gente desconocida, tu único medio de seguridad se va y te deja ahí…¿cómo te sentirías? ¿acaso no tendrías temor?

Nos burlamos, señalamos de berrinchudos y exagerados a los niños, somos tremendamente adultocentristas, decimos “no pasa nada, regreso luego”, pero no sabemos que dentro del niño está pasando TODO.

Hoy me tocó ver a muchas mamás regañando a sus hijos para que se quedaran a fuerza, engañándolos que iban a traer algo y ya no volvían, ¿se imaginan el estado de alerta en el que se queda el niño? ESTO NO AYUDA, NO BENEFICIA EN ABSOLUTO LA ADAPTACIÓN DEL PEQUE AL COLEGIO.

Entonces ¿qué hacemos para ser respetuosos con los sentimientos del niño?

1) Cuando el niño vivirá un cambio significativo o visitará algún lugar nuevo SIEMPRE SE LE ANTICIPA LO QUE SUCEDERÁ. Ya sea ir al médico, al dentista, a visitar un familiar, y más aún, al colegio. No un día antes, se hace al menos un mes con anticipación. De esta forma, preparamos al peque para el proceso, le podemos mostrar videos de como es un salón de clases, una escuela, etc.

2) JAMÁS TE VAYAS MINTIÉNDOLE O A ESCONDIDAS. Siempre debes decirle la verdad “Amor, ya me voy al trabajo, estarás aquí en casa con papá, ¿cómo ves si me vas a recoger a la entrada de la casa en un rato?”. Desde luego que el niño va a llorar, pero es mejor que llore sabiendo lo que sucederá a que llore de incertidumbre, que se quede en un estado de alerta fuerte sin saber donde te fuiste o si vas a volver. Cuando te vas a escondidas, tal vez no lo veas llorar al momento, pero ten por seguro que lo hará cuando se de cuenta de que ya no estás Y SERÁ PEOR LO QUE SIENTA. Además, no debes chantajear “ándale, te compro un dulce y ya me voy”, “te regalo un chocolate pero ya no llores”, no lo acostumbres a esperar algo a cambio, mejor deja que poco a poco asimile y comprenda las situaciones por conciencia propia, te aseguro que una vez que interiorice esto, él mismo saldrá a despedirse.

3)Vive y conecta con su adaptación escolar. Algunas maestras de preescolar suelen comprender y ayudar en este proceso. Si puedes, ¡quédate ahí afuera! ¡llévalo solo un rato! Repite el proceso una o dos semanas hasta que el nene se adapte al nuevo entorno de convivencia.

4)No te burles de lo que siente, si llora ¡abrázalo! ¡consuélalo!. No lo vas a mimar, le estarás haciendo saber que siempre estarás para él, que siempre tomarás en cuenta lo que siente y que su mejor refugio siempre será mamá y/o papá.

5) Revisa como está su rutina: ¿cuántas horas durmió durante la noche? ¿se durmió tarde y lo levantaste temprano? ¿tomó siesta la tarde anterior? recuerda que un niño de preescolar necesita de 10 a 13 horas de sueño diario. Trata de crearle un rutina, no con horarios estrictos pero sí calculando y anticipándote a sus actividades del siguiente día. Por ejemplo, intenta creale un hábito de sueño entre 7 u 8 pm si no toma siesta en el día, si toma, se podría dormir entre 8 o 9 pm. Al día siguiente, prepara un desayuno SALUDABLE: proteína, carbohidratos y fibra, por ejemplo, una fruta, un huevo revuelto y arroz o tortilla. Los cereales de caja aportan muy pocos nutrientes y al cabo de una hora ya tendrán hambre de nuevo, eso puede provocarles fastidio y mal humor.

Muestra este nuevo cambio como algo maravilloso, como una aventura nueva, que el niño desee asistir con una sonrisa en su carita.

Mamá, papá ¡marquemos la diferencia! <3

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