Maestros, la difícil tarea de educar en estos tiempos

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“Los alumnos ahora te amenazan. Pero nosotros no podemos decir nada, absolutamente nada…”

“Lo que hice fue apostar el todo por el todo. Agarré y me fui a jugar futbol con mis alumnos. Si fallaba el tiro penal todos tendrían siete durante el semestre, pero si anotaba ellos se aplicaban”, comenta la profesora Flor Itxel Navarro Alonso al recordar la anécdota que marcó el inicio de su carrera docente, en un bachilleres de Chilpancingo, Guerrero.

“Entonces tiré el balón y entró por la esquina. Fue gol”, relata emocionada su hazaña. La anotación no era para menos, pues con ésta logró su objetivo de poner orden entre sus estudiantes a como diera lugar. “De inmediato los niños se metieron al salón, tuvimos clases y el semestre transcurrió en paz”.

Era el año 2008, lo recuerda bien la joven maestra porque fue la primera técnica que improvisó para tomar el control del aula. “Te hace sentir bien y seguir adelante. Todos los compañeros –maestros- deberían tener presente ese primer momento”.

Aunque solo han transcurrido ocho años desde que se incorporó a la plantilla magisterial en el estado de Guerrero, Flor cuenta con una amplia experiencia en la materia, pues creció con la vocación de docente gracias a las enseñanzas de su mamá, quien también fue maestra.

Las cosas no han sido tan fáciles durante este tiempo. Los primeros tres años como profesora los ejerció en Bachilleres, periodo en el que aprendió que los estudiantes son como hijos propios –aunque ella no los tiene– “los siento como míos […] porque los ves cada día y bien o mal estás pendiente de ellos”.

“En una ocasión uno de mis alumnos tuvo un accidente automovilístico. Iba con otros jóvenes en el carro, pero él me dolió mucho porque fue el único que se cortó la lengua. Los demás también quedaron mal por la volcadura”, menciona al explicar que los jóvenes –hombres y mujeres– se someten cada vez más a pruebas que les permitan ser aceptados en sus círculos de convivencia.

Foto: Especial Letra Roja
Foto: Especial Letra Roja

“Muchos de ellos tratan de imitar lo que ven. Como son los famosos “retos” que consisten en desaparecer 72 horas, tiempo en el que se incomunican de su familia; los “amistosos”, que son prácticamente pleitos consensuados;  o bien, la maniobra en que oprimen el tórax para asfixiarse. Son imitadores de todo y lo hacen solo porque buscan ser cool”, refiere.

Actualmente, la profesora Flor labora en la Escuela Secundaria Técnica Número 30 “Lázaro Cárdenas del Río”, colegio al que llegó en el año 2011 y donde más ha batallado con los adolescentes, situación un tanto irónica porque es la misma institución donde ella concluyó su nivel básico, aunque afirma que no eran los mismos modales.

“Los alumnos ahora te amenazan. Pero nosotros no podemos decir nada, absolutamente nada. No los puedes tocar ni por error, es todo un problema con Derechos Humanos. Eso, en condiciones de seguridad también es difícil porque nosotros vivimos en una zona de alto riesgo, tememos por nuestra integridad física y familiar”, precisa.

No obstante, a pesar de las condiciones que actualmente se viven en Guerrero, la vocación por educar a las nuevas generaciones es latente, ideal marcado en docentes como la maestra Flor Navarro quien exhorta a sus compañeros a seguir luchando sin acobardarse.

“Vamos a ir bien. Si el gobierno no nos da nada, entonces creemos de la nada lo que sea necesario para impulsar a los jóvenes […] No hay peor enemigo para un profesor que otro profesor. Es aberrante. Los maestros debemos ser una fuerza que haga cambios, no que destruya la mejor de los demás”, concluye.

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