El homicidio se perpetró hace 20 años, por un exnovio de la indiciada, quien golpeó hasta la muerte al agresor.
Norma Patricia Esparza lleva más de dos años presa en una cárcel de máxima seguridad en Orange County, California, acusada de coparticipar en el asesinato del hombre que la violó en su dormitorio de universidad hace 20 años.
La mexicana se desempeñaba como investigadora en la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza, hasta hace tres años, pero ahora es tratada como criminal de alta peligrosidad.
El 17 de octubre de 2012, Patricia descendió de un avión proveniente de Francia porque iba a asistir a una convención de psicología en Massachusetts, Estados Unidos, sin embargo, haría una escala técnica en el Aeropuerto Logan de Boston, narra El Universal mediante una extensa crónica.
Durante la revisión de los papeles, un agente le impidió el paso y la condujo a un cuarto: había una alerta de la fiscalía y una orden de detención por el asesinato de Gonzalo Ramírez, quien la había violado en 1995.
En la prisión del condado, donde presuntamente se perpetró el crimen hace 20 años, Norma Patricia de 42 años es identificada como la presa número 2797358.
La celda en la que vive la mexicana es de 3.65 metros de largo y 2.74 de ancho, debido a que no ha sido juzgada, no puede socializar con otras internas, beneficio al que accederá una vez que sea sentenciada.
Patricia nació en 1974 en el Taray, una ranchería ubicada en el estado de Aguascalientes, desde donde los Esparza emigraron a los Estados Unidos para trabajar en la construcción y la limpieza de oficinas en Los Ángeles.
Desde los cinco años su padre la violaba, para romper la cadena, decidió estudiar lejos de casa mediante una beca en la Exeter Academy, una prestigiosa escuela en New Hampshire y poco después, para ingresar a una universidad privada.
Durante su estancia en la universidad privada, Patricia conoció a Gonzalo Ramírez, otro mexicano radicado en EU, quien un día después de conocerla ingresó a su dormitorio para violarla.
La joven de entonces 20 años, compartió el hecho con un exnovio, un vietnamita llamado Gianni Van, quien acompañado por tres amigos, la condujeron a El Cortez, donde reconoció al violador.
Hoy la fiscalía argumenta que la investigadora está recluida, porque su exnovio Gianni Van y sus amigos golpearon brutalmente a Gonzalo Ramírez hasta matarlo, pese a que los involucrados exoneraron de cualquier culpa a Patricia.
De acuerdo con El Universal, dos meses después de la golpiza, Ramírez falleció y el exnovio vietnamita apareció en casa para forzarla a contraer matrimonio, debido a que en EU un cónyuge no puede declarar contra el otro.
Nunca vivió con Van. Patricia continuó con su vida y trabajó en un sindicato de defensa de los campesinos que encabezó el líder social, César Chávez, tras lo cual se doctoró en psicología, posteriormente se divorciaría de su primer esposo y se casaría con Jorge Mancillas, un neurocientífico y conocido activista en Estados Unidos.
En 2007 el matrimonio se trasladó a Europa donde Patricia fue contratada como consultora en salud mental de la OMS y poco después consiguió un trabajo como profesora de psicología.
La razón por la cual Patricia se declaró culpable es que tiene una hija de tres años, a quien dejó con su esposo en Europa; Esparza aceptó un acuerdo de culpabilidad pese a que en 2013 se había declarado inocente, con objeto de evitar la sentencia de por vida.
La defensa de su caso considera que hay un trato racista por parte del fiscal del condado, Michael Murray, de hecho, ha mencionado su animadversión contra Patricia, a quien advirtió que no dejará que se salga con la suya.
