Las calificadoras Fitch Ratings y Moody’s castigaron a México al bajar la nota soberana y poner en alerta la perspectiva crediticia, en una jornada que además terminó sin acuerdos entre autoridades nacionales y estadounidenses para evitar la imposición de aranceles a los productos mexicanos. Esta mezcla de factores, de paso, tumbó al peso.
El ajuste más drástico fue el de Fitch, al bajar la nota de BBB+ a BBB con perspectiva estable. Con este cambio se queda a dos escalones de perder la categoría de grado de inversión por la de especulación.
La agencia detalló que degradó la calificación ante el mayor riesgo de las finanzas públicas de México, por el deterioro del perfil crediticio de Pemex y la debilidad de las perspectivas macroeconómicas.
Moody’s puso en advertencia la calificación de México al cambiar la perspectiva de estable a negativa, lo que deja en la cuerda floja la nota de A3, la más alta que tiene el país entre las agencias evaluadoras.
La jornada incluyó el encuentro sin acuerdos entre la delegación mexicana y el gobierno de Estados Unidos para desactivar la amenaza del presidente Donald Trump de aplicar aranceles de 5% a productos nacionales desde el 10 de junio, a menos que México detenga el flujo de migrantes. Las negociaciones continuarán este jueves, pero Trump tuiteó que si no hay un pacto las tarifas se harán efectivas.
El miércoles negro sumó la depreciación del peso. El dólar cerró en 20.05 unidades en ventanilla, 20 centavos más caro que el martes.