La tristeza de Pizza ha dado la vuelta al mundo. Desde enero, este oso polar vive encerrado en un pequeño espacio en un centro comercial de Cantón, una de las mayores ciudades del sur de China. Como estrella de un acuario instalado para atraer visitantes al centro, diariamente sufre los golpes en los cristales de quienes buscan sacarse el mejor “selfie” con él; la falta de luz natural y la ausencia de aire fresco. Ante estas condiciones, ha comenzado a dar señales de estrés y depresión.
Primero se movilizaron varias organizaciones internacionales para solicitar el realojo del animal. Una reserva de animales salvajes en Yorkshire, en Inglaterra, ofreció acogerla. Pero los inversores del centro comercial rechazaron la posibilidad o la implicación de extranjeros.
Ahora, 50 grupos proderechos de los animales se han movilizado y han escrito una carta al gobernador local, Zhu Xiaodian, para exigir el cierre del zoo del centro comercial Grandview, que alberga además otros 500 animales, desde zorros árticos hasta ballenas beluga. Una petición mundial ya ha recogido un millón de firmas.