Con el fin de frenar la tala clandestina, violencia y pedir por el medio ambiente, poco más de 300 personas realizaron una caravana, procesión y una misa en los bosques de la zona, pese a que comuneros de Mexcapa enfrentaron al edil y le recriminaron que nadie les pidió permiso para convertir un paraje en templo, además de denunciar que de la cabecera van a tirar basura.

La movilización ciudadana, encabezada por el sacerdote del lugar y autoridades municipales, inició minutos después del mediodía, cuando una caravana de autos partió de la zona centro y seguía al presbítero que llevaba al Santísimo en una camioneta.

“Sí, vamos a celebrar una misa en un paraje que ha sido víctima de tala, queremos orar y pedir por este delito y la inseguridad que también priva en el lugar”, indicó una participante en el acto que incluía algunas escalas donde la gente exponía a su santo.

Tras aproximadamente 18 kilómetros de camino, previo al sitio donde se llevaría a cabo la ceremonia religiosa, poco más de 150 comuneros de la cabecera efectuaron una procesión hasta el paraje conocido como Loma de San Ignacio en Tierra Colorada.

Sin embargo, la entrada a este paraje fue bloqueada por decenas de pobladores de Mexcapa, quienes enfrentaron al edil y le recriminaron que a nadie le habían pedido permiso para realizar su misa, “si quieres rezar por la tala, primero ayúdenos a recoger la basura que vienen a tirar los de la cabecera y los barbacoyeros”, dijo un inconforme.

Los ánimos subieron de tono luego de que empleadas del ayuntamiento se hicieron de palabras con las mujeres de estas comunidades y de los insultos casi pasan a los golpes, “ahora vienen a hacer su misa, pero ustedes nunca nos reciben en la presidencia ni nos atienden, nada hacen por el pueblo, por eso no les vamos a permitir que lleven a cabo su misa”, insistían pobladores.

Después de que el edil les propuso una reunión, los participantes en la procesión pasaron al lugar donde tiempo después se realizó la ceremonia religiosa, ello mientras comuneros de Mexcapa y El Capulín reclamaban los constantes robos de ganado en la zona al director de seguridad pública municipal.

En la homilía, el sacerdote del lugar señaló que el objetivo de la misa era para realizarle una petición a Dios para frenar la tala clandestina, violencia e inseguridad en la zona, así como pedir por buenas cosechas y el medio ambiente.

Así, después de la misa efectuada en el paraje conocido como Loma de San Ignacio en Tierras Coloradas, los presentes realizaron una jornada de reforestación en la zona en la que también participaron elementos de la CES.