Los preparativos por la visita del Papa Francisco a la Ciudad de México, del viernes 12 al miércoles 17 de febrero, ha complicado el tránsito y el comercio en las zonas por donde estará el obispo de Roma esos días.
Algunos habitantes de las colonias cercanas a la Insigne y Nacional Basílica de la Santa María de Guadalupe han lamentado los operativos y cordones de seguridad establecidos en el área de La Villa, en la delegación Gustavo A. Madero, pues afectan sus actividades diarias.
Tal es el caso de Hilda Navarro, quien vive en la calle Rayón de la colonia Martín Carrera y explicó en entrevista que en días pasados esa vía fue cerrada al tránsito vehicular porque adelantaron la celebración del carnaval, ante la llegada del Vicario de Cristo.
Solicitar el tarjetón que las autoridades entregaron para que puedan pasar los automóviles de los residentes de las áreas cercanas al santuario del Tepeyac, fue un proceso largo y difícil.
La familia de Hilda no es católica y no tiene interés en la visita del máximo jerarca de esa iglesia, pero su cercanía a La Villa de Guadalupe le obliga a tomar previsiones y abastecerse con comida, agua y otras provisiones para no tener que salir en los días de la visita.
La situación se complica porque su madre padece una enfermedad terminal y con frecuencia hay que llevarla a un hospital. Incluso Hilda tuvo que negociar con sus jefes ante la imposibilidad física de ir estos días a su oficina, ubicada en la colonia Del Valle.
Otro caso es el de Ramón Macías y su esposa Andrea, quienes viven a media calle de la Calzada de Guadalupe, en la colonia Peralvillo. Tienen su negocio en la calle Victoria, de la colonia Industrial, que está relativamente cerca del templo mariano.
Por la naturaleza de sus ocupaciones atienden su local de lunes a domingo, pero estos días no han podido abrir porque los policías que cuidan el área les impiden el paso, con el argumento de que “no son vecinos”.
“Dicen tener órdenes de impedir el paso a cualquiera que no viva ahí y yo no pude abrir hoy y probablemente no pueda entrar a mi negocio sino hasta el domingo”, lamentó Ramón en entrevista.
Al otro lado de la ciudad trabaja Guadalupe Sánchez, en una empresa financiera cuyas oficinas se encuentran en la colonia Guadalupe Inn, donde también está la nunciatura apostólica que servirá al Santo Padre como dormitorio y base de sus actividades en la Ciudad de México.
Debido a las dificultades logísticas para entrar y salir de la colonia, el dueño de la empresa determinó que al menos el viernes, nadie acuda a la oficina y todos laboren desde sus casas, vía Internet.