Monjas envueltas en caso de corrupción en Argentina

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El exsecretario de Obras, José López, llegó en su auto al convento de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario, ¿sabes qué pasó después?

Monjas, millones de dólares en efectivo, exfuncionarios, un vecino indiscreto y policías inusualmente eficaces, se combinaron en Argentina para concebir uno de los casos de corrupción más surrealistas de los últimos tiempos.

La historia comenzó en las primeras horas del pasado 14 de junio, cuando el exsecretario de Obras, José López, llegó en su auto al convento de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario, ubicado en una localidad de la provincia de Buenos Aires.

Alrededor de las 3:00 de la mañana, López comenzó a arrojar bolsos por encima de la barda y fue visto por Jesús Ojeda, un vecino y vendedor de pollos que llamó al 911 porque le parecieron muy sospechosos los movimientos del hombre.

Aunque la patrulla tardó sólo tres minutos en llegar, con una rapidez que sorprendió al propio vecino, López ya había saltado el muro e ingresado al convento, así que Ojeda y los policías esperaron durante casi una hora afuera, ya que no podían entrar sin orden de allanamiento.

Cansados, los policías tocaron el timbre casi a las 4:00 de la mañana, los atendió una monja y le preguntaron por el hombre sospechoso, pero ella negó que hubiera algún extraño adentro.

Finalmente la monja dejó entrar a los agentes y encontraron a López con un botín en efectivo de 8.9 millones de dólares, 152 mil euros, 425 yuanes, 49 mil 800 pesos argentinos, 2.0 riyal (moneda de Qatar), siete relojes de lujo y un arma de largo alcance.

En el convento viven la madre superiora Alba Día de España Martínez Fernández, de 94 años, y las hermanas Marcela e Inés, quienes reconocieron que López era un asiduo visitante del convento.

La hermana Inés se convirtió en vocera del caso y aseguró que dejó entrar al exfuncionario porque creyó que en los bolsos llevaba comida para donar, no millones de dólares.

“Le dije que los dejara en la cocina, él le dijo a la madre Alba que había robado dinero para terminar las obras acá, se veía angustiado, esa noche se robó hasta los scones (galletas)”, afirmó.

La detención de López provocó un revuelo político porque fue secretario de Obras, es decir, funcionario de primer nivel durante los 12 años y medio de gobiernos de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Las imágenes de los bolsos con la fortuna en efectivo se transformaron en la prueba más contundente de la corrupción que predominó durante el kirchnerismo y que tanto habían denunciado los opositores.

Al ser detenido, el exfuncionario trató de fingir problemas sicológicos, pero después de varios exámenes los médicos lo consideraron apto para declarar ante la justicia.

A los ribetes surrealistas de esta historia se sumó la defensora de López, Fernanda Herrera, una abogada que solía posar semidesnuda y cuyo sueño era triunfar como cantante de cumbia.

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Los medios bautizaron a Herrera como “la abogada hot” y la popularidad del caso la ayudó a ser convocada a “Bailando por un sueño”, el programa más importante de la televisión argentina, por lo que terminó renunciando a defender al exfuncionario.

Semanas más tarde el video de la cámara de seguridad del convento desmintió la versión de inocencia de las monjas, pues demostró que ellas mismas le ayudaron a López a meter los bolsos con el dinero al convento.

En un afán de deslindar responsabilidades, la Iglesia Católica aclaró que Alba, Inés y Marcela no eran monjas sino “mujeres consagradas”, y que el convento no era tal, sino apenas una “asociación privada de fieles”.

Ahora las monjas que no son monjas serán llamadas a declarar por la justicia, mientras López sigue tratando de fingir demencia en la cárcel.

Los únicos afortunados de la historia fueron el vecino, que fue homenajeado por las autoridades, y los policías que detuvieron a López, quienes ya fueron ascendidos.

FUENTE : LETRA ROJA

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