Una peruana construyó un túnel subterráneo, iluminado con energía eléctrica, con el único objetivo de dar con un supuesto tesoro escondido, cuya ubicación aseguraba, estaba debajo de la casa de sus vecinos.
“Como su baño colinda con el mío, sentía que picaban, golpeaban”, cuenta Raquel Santiago Maguiña, dueña de la casa dañada. Aunque le preguntó a su vecina qué pasaba, ella le dijo que sólo estaban cambiando la tubería.
“Le contesté que tuviera cuidado porque nuestras casas son antiguas, de adobe, y se pueden caer”. De hecho, residen en Rímac, un antiguo colonial declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1991.
Todos los días veían que llegaban trabajadores, pero no se alarmaron hasta que las vigas del piso se hundían con cada paso. Al intentar levantarlo, Raquel descubrieron un hueco enorme debajo de la sala.
Debido al valor histórico de las viviendas, fue necesaria la intervención del Ministerio de Cultura y Defensa Civil de Perú, quienes dictaminaron que la responsable debe pagar los daños.
El túnel atravesaba el baño, la cocina y la sala de la familia. En sus declaraciones, la condenado dijo haber estado buscando el tesoro enterrado de un sacerdote que guardaba los bienes que otras personas le confiaban.